Artista de Coahuila aborda la migración desde la danza y la música: Llevan obra a España y Alemania
La pieza interdisciplinaria creada por la coreógrafa coahuilense Penélope Quero y el compositor jalisciense Kenji Kishi se ha presentado ya en distintas partes de Europa
Tanto la coreógrafa y bailarina Penélope Quero como el músico y compositor Kenji Kishi Leopo tienen una larga y estrecha relación con la migración, desde muy distintos ámbitos, y ambos han explorado las aristas de fenómeno a través de la pieza interdisciplinaria “Cartografías de un cuerpo migrante”.
Realizada con apoyo del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales a través de la convocatoria de Residencias Artísticas, en la categoría de Gestión Libre, del 2024, este proyecto continuó su desarrollo y se presentó el pasado verano en el Centre Civic Drassanes en Barcelona, España.
La estadía permitió a su vez trabajar y compartir espacios y otros proyectos creativas en España y otros partes de Europa como el B-Meeting del Barcelona International Dance Exchange, dirigido por Sebastián García Ferro en España, mientras que en Alemania, a través del proyecto Tache Tinta, fueron parte de un intercambio en el teatro Ringlokschuppen Ruhr, además de asistir a un entrenamiento en danza Butoh con la maestra Natsuko Kono, en su estudio, ubicado en la Isla de Rügen.
“Cartografías de un Cuerpo Migrante responde a una necesidad afectiva y creativa, después de 7 años de investigación teórico-práctica y una serie de experiencias en torno a la reconstrucción de mi árbol genealógico y la migración de mis bisabuelos de España a Veracruz”, explica Quero por medio de un comunicado, “en el año 2020 fui deportada de Estados Unidos, un hecho fundamental que afianzó mi compromiso para hablar sobre las experiencias migratorias que me han atravesado desde la infancia, ya que nací en Coahuila, un Estado fronterizo por donde pasa “La Bestia” y cruzan miles de migrantes en búsqueda de una oportunidad en el país vecino”.
La pieza, que reúne a la danza, el teatro físico y la música busca “nombrar nuestras migraciones, afirmar la vida [y reconocer] a quienes pusieron el cuerpo antes que nosotros, en un acto en honor a la memoria de quienes tuvieron el valor de movilizarse y dar un salto de fe para sobrevivir”.
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“La migración no es un tema nuevo, es inherente a nuestra naturaleza humana, sin embargo los estados migratorios pueden ser sumamente violentos y silenciados para que sobrevivan las generaciones venideras. Kenji Kishi y yo somos post generaciones de quienes vivieron una migración forzada por la violencia de la guerra, de nuestros respectivos ancestros”, agrega Quero.