Conoce cuál es la enfermedad incurable que afecta a “La Chupitos”

Show
/ 6 noviembre 2024

Liliana Arriaga, mejor conocida como “La Chupitos”, es una de las comediantes más queridas de México, con 27 años de trayectoria.

La comediante mexicana Liliana Arriaga, conocida por su personaje de “La Chupitos” , ha revelado recientemente su lucha contra el síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune que no tiene cura y afecta principalmente a las glándulas salivales y lagrimales. A sus 52 años, Arriaga se enfrenta a este diagnóstico con fortaleza y ha compartido detalles sobre cómo esta condición ha cambiado su vida.

TE PUEDE INTERESAR: Daniel Bisogno sufre crisis de salud en TV Azteca y pospone su regreso a ‘Ventaneando’

El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca las glándulas que producen saliva y lágrimas, causando sequedad extrema en la boca y los ojos. Entre otros síntomas, quienes padecen esta enfermedad también pueden experimentar fatiga, dolor en las articulaciones y un mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades autoinmunes, como el lupus.

En el caso de Liliana, el diagnóstico fue un golpe inesperado, ya que, según compartió en entrevista, nunca había tenido problemas graves de salud. Para combatir los efectos de la enfermedad, ha seguido un tratamiento preventivo que incluye quimioterapia oral. Aunque la quimioterapia es una técnica agresiva, se utiliza en este caso para evitar que las células anormales se multipliquen y afecten otras funciones del cuerpo.

$!En el caso de Liliana, el diagnóstico fue un golpe inesperado, ya que, según compartió en entrevista, nunca había tenido problemas graves de salud.

El impacto en su vida personal y profesional

Desde que inició su tratamiento, Liliana ha enfrentado efectos secundarios como mareos, fatiga y pérdida de cabello. Esto le ha obligado a usar una peluca cuando interpreta a su personaje de “La Chupitos,” quien es conocido por su cabellera despeinada y su estilo irreverente. La comediante ha hablado abiertamente de cómo esta enfermedad la ha afectado emocionalmente, confesando que la noticia la deprimió. Al principio, quiso llorar al enterarse del diagnóstico, pero debido a su afección, ni siquiera produce lágrimas.

”Con esta enfermedad también te puede dar lupus y atrofiar parte de las articulaciones”, explicó. Liliana destacó que el síndrome de Sjögren es poco conocido, y hasta el momento, no sabía de su existencia. Cada seis meses debe acudir a revisión médica para evaluar el avance de la enfermedad y ajustar el tratamiento en caso necesario.

¿Qué causa el síndrome de Sjögren?

Aunque no se conoce una causa exacta del síndrome de Sjögren, los especialistas consideran que puede ser el resultado de una combinación de factores genéticos, hormonales y ambientales, como infecciones virales o bacterianas. Es más común en mujeres, especialmente durante la menopausia, lo que sugiere que las hormonas también podrían jugar un papel en el desarrollo de esta condición.

$!Desde que inició su tratamiento, Liliana ha enfrentado efectos secundarios como mareos, fatiga y pérdida de cabello.

La trayectoria de Liliana Arriaga, “La Chupitos”

Liliana Arriaga es una de las comediantes más queridas de México, con 27 años de trayectoria. Su personaje de “La Chupitos,” una mujer fiestera y sin inhibiciones, la hizo famosa en programas como La Parodia. Con su humor directo y vulgar, se ha ganado el corazón de los espectadores. Además de su trabajo en televisión, ha logrado una sólida base de seguidores en redes sociales y plataformas digitales, donde comparte sus experiencias y contenido humorístico.

Un mensaje de esperanza para sus seguidores

A pesar de los desafíos que enfrenta, Liliana continúa trabajando y compartiendo su característico humor con sus seguidores. Su diagnóstico ha generado una ola de apoyo de su público, quienes le envían mensajes de ánimo. Para ella, esta etapa representa una oportunidad de valorar más la vida y seguir adelante, inspirando a otros que también enfrentan enfermedades crónicas.

COMENTARIOS

Selección de los editores