Pablo Martínez, de 31 años, está acusado de matar al niño "con malicia y premeditación", después de sostener al menor debajo del grifo de agua ardiendo entre 5 y 10 minutos
De la trágica muerte del menor existen 2 versiones, una apunta a que fue un accidente y la otra a que su propio padre terminó con su vida, luego de una discusión