Y aún no sabemos si Evaristo ganó la demanda laboral y sí ya sangró más a los parrenses con salarios caídos y demás prestaciones que él merece por ser lo que es, todo un crisóstomo que ha esculpido su personalidad a punta de sablazos, la esencia exacta de un estilo, el estilo de joder a los parrenses porque si Evaristo y sus secuaces ganan las demandas laborales interpuestas, no será el alcalde actual ni los ediles de su Cabildo los que paguen de su bolsa las indemnizaciones, sino los sufridos parrenses que verán cómo se esfuma el presupuesto público, gracias a Evaristo y esa inclinación que lo domina, su nefasta tendencia por la destrucción.