¿Cuál es el origen de los gitanos?
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Los primeros movimientos migratorios datan del siglo X, de manera que mucha información se ha perdido
El origen de los gitanos, también conocidos como pueblo rom, roma o romaní, es todavía hoy objeto de controversia. Existen varias razones que explican la oscuridad que envuelve a este asunto.
En primer lugar, la cultura gitana es fundamentalmente ágrafa y despreocupada por su historia, de manera que no han conservado por escrito su procedencia. Su historia ha sido estudiada siempre por los no romaníes, con frecuencia a través de un tamiz fuertemente etnocentrista.
Los primeros movimientos migratorios datan del siglo X, de manera que mucha información se ha perdido.
Es importante señalar también que los primeros grupos de gitanos llegados a la Europa occidental fantaseaban acerca de sus orígenes, atribuyéndose una procedencia misteriosa y legendaria, en parte como estrategia de protección frente a una población ante la que eran minoría, en parte como puesta en escena de sus espectáculos y actividades.
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El término español «gitano» parece ser una corrupción de egiptano,1 aplicado a este pueblo por la creencia errónea de que procedía de Egipto.
En el siglo XVIII, el estudio del idioma romaní, propio de los gitanos, confirmó que se trataba de un idioma índico, muy similar al panyabí o al hindi occidental.
Esto indicaba que el origen del pueblo gitano se halla en el noroeste del subcontinente indio, en la zona en la que actualmente se encuentra la frontera entre los Estados modernos de India y Pakistán. Este descubrimiento lingüístico se ha visto además respaldado por estudios genéticos.
La procedencia de los gitanos ha sido objeto de todo tipo de fantasías. Han sido considerados descendientes de Caín, o relacionados con la estirpe de Cam.
Algunas tradiciones los han identificado con magos caldeos de Siria, o con una tribu de Israel extraviada en el Egipto faraónico.
Una antigua leyenda balcánica los hace forjadores de los clavos de Cristo, motivo por el cual habrían sido condenados a errar por el mundo, si bien no hay ninguna prueba que sitúe a los gitanos en Oriente Medio en esa época.