Es hora de una salsa de espinacas
Repleta de hierbas picadas y yogur griego, esta salsa es una versión más fresca y ácida de la clásica versión retro que lleva castañas de agua y se sirve en un tazón de pan
Por: Melissa Clark
Puede que la gente vuelva a ir a restaurantes e invite a sus amigos a cenar, pero ¿está preparada para compartir un tazón de salsa con galletas saladas y palitos de zanahoria?
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La respuesta dependerá de la situación y de cuán cómodo te sientas con las personas que van a compartir la salsa, pero tanto si estás preparado para invitar a tus amigos a una carne asada veraniega (en cuyo caso podrías añadir una cuchara al tazón para que la gente pueda servir la salsa en su plato) como si simplemente se te antoja una cena fácil para tu familia inmediata, esta receta de salsa cremosa de espinacas sería una buena opción.
Repleta de hierbas picadas y yogur griego, esta salsa es una versión más fresca y ácida de la clásica versión retro que lleva castañas de agua y se sirve en un tazón de pan. En lugar de darle vida con polvo deshidratado para sopa, esta receta lleva comino, ralladura de limón y mucho ajo. Tiene la cremosidad suficiente para tomarla con facilidad sin que se deshagan las papas fritas, pero no tan líquida como para que gotee. Por ejemplo, a diferencia de una salsa de alcachofa fundida que se cuaja al enfriarse, esta se mantendrá igual de apetecible durante horas, o al menos hasta que hayan limpiado el tazón con los últimos rábanos.
Rinde: unas 2 tazas
Tiempo total de preparación: 20 minutos, más al menos 30 minutos de enfriado
INGREDIENTES
300 gramos de espinacas frescas, o 1 paquete (300 gramos) de espinacas congeladas picadas y deshieladas
3/4 de taza de cebolletas cortadas, partes blancas y verdes (de aproximadamente 1 manojo)
1/2 taza de yogur griego natural, de preferencia de leche entera
1/2 taza de queso crema, suavizado
1/2 taza de eneldo picado
2 cucharadas de perejil picado
2 dientes de ajo grandes, rallados finamente y pasados por una prensa o picados
2 cucharaditas de jugo de limón recién exprimido, y un poco más al gusto
1 cucharadita de ralladura fina de limón
1 cucharadita de comino molido
3/4 de cucharadita de sal, y un poco más al gusto
1/4 de cucharadita de pimienta negra recién molida, y un poco más al gusto
2 cucharadas de aceite de oliva extra virgen, y un poco más para decorar
Hojuelas de pimienta de Alepo o Urfa, para decorar (opcional).
PREPARACIÓN
1. Si usas espinacas frescas, ponlas en un colador en el fregadero. Pon agua a hervir en una tetera y viértela sobre las espinacas para que se escalden. Deja que las espinacas se enfríen por completo y, a continuación, exprímelas con las manos para secarlas bien. Pica las espinacas en trozos grandes y reserva. Si usas espinacas congeladas picadas, solo exprímelas hasta que estén bien secas y resérvalas.
2. En una licuadora o un procesador de alimentos, mezcla las cebolletas, el yogur, el queso crema, el eneldo, el perejil, el ajo, 2 cucharaditas de jugo de limón, la ralladura, el comino, 3/4 de cucharadita de sal y 1/4 de cucharadita de pimienta. Con el motor en marcha, rocía el aceite de oliva y mezcla, raspando los lados según sea necesario, hasta que la mezcla esté muy suave, de 1 a 2 minutos.
3. Transfiere la mezcla a un tazón y añade las espinacas picadas hasta que se distribuyan de manera uniforme. Cubre y refrigera durante al menos 30 minutos para que los sabores se incorporen. La salsa se conservará en el refrigerador hasta 4 días.
4. Justo antes de servir, prueba y añade más sal y jugo de limón, si lo deseas. Para servir, vierte la salsa en un tazón, rocía con aceite de oliva y espolvorea con hojuelas de pimienta de Alepo o Urfa, si lo deseas.