Estas cuatro infecciones comunes pueden causar cáncer
La buena noticia es que existen vacunas, tratamientos y métodos de detección temprana que ayudan a prevenir estos cánceres relacionados con infecciones.
Según un reciente informe de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer, se estima que el 13% de los cánceres en todo el mundo están relacionados con infecciones bacterianas o virales. Esto significa que algunas infecciones comunes pueden aumentar significativamente el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.
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La buena noticia es que existen vacunas, tratamientos y métodos de detección temprana que ayudan a prevenir estos cánceres relacionados con infecciones. A continuación, te presentamos cuatro de las infecciones más comunes que pueden desencadenar cáncer y cómo protegerte de ellas.
1. Virus del Papiloma Humano (VPH)
El Virus del Papiloma Humano (VPH) es una de las infecciones más comunes que puede causar cáncer. Existen más de 200 tipos de VPH, de los cuales una decena son responsables del desarrollo de cáncer de cuello uterino, así como de algunos cánceres orales y genitales. Aunque la mayoría de las personas infectadas con VPH lo eliminan de manera natural, alrededor del 10% de las mujeres desarrollan infecciones persistentes que pueden llevar a cambios celulares peligrosos, afectando la capacidad del cuerpo para suprimir los tumores.
La principal medida de prevención contra el VPH es la vacunación, recomendada para jóvenes entre los 11 y 26 años. La vacuna ha demostrado ser altamente eficaz para prevenir las infecciones de alto riesgo. El uso de preservativos también ofrece protección, aunque no es 100% efectivo. Además, la detección temprana mediante frotis cervicales y pruebas de VPH es crucial para detectar y tratar las lesiones precancerosas antes de que se conviertan en cáncer.
2. Hepatitis B y C
Tanto la Hepatitis B (HBV) como la Hepatitis C (HCV) son infecciones virales que afectan al hígado y pueden provocar cáncer hepático. Estos virus causan inflamación crónica en las células del hígado, lo que con el tiempo puede llevar a la formación de cicatrices (cirrosis) y aumentar significativamente el riesgo de cáncer. La hepatitis B se transmite a menudo de madre a hijo durante el parto, mientras que la hepatitis C es más frecuente entre los consumidores de drogas intravenosas que comparten agujas.
Afortunadamente, existe una vacuna eficaz contra la hepatitis B, recomendada desde la infancia, y tratamientos antivirales que pueden controlar ambas infecciones. En el caso de la hepatitis C, los medicamentos antivirales pueden curar la infección, aunque la falta de diagnóstico temprano sigue siendo un problema. Las personas con antecedentes de hepatitis o factores de riesgo deben someterse a pruebas regulares para detectar cualquier signo de infección y recibir tratamiento adecuado.
3. Helicobacter pylori (H. pylori)
La Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria común que infecta el estómago y está asociada con el desarrollo de cáncer gástrico. Se estima que la mitad de la población mundial es portadora de esta bacteria, pero solo un pequeño porcentaje desarrollará cáncer. Los científicos creen que H. pylori causa cáncer a través de la inflamación crónica del revestimiento del estómago y la introducción de toxinas que pueden mutar las células.
La transmisión de H. pylori ocurre principalmente en la infancia a través de contactos cercanos en el hogar, como compartir utensilios o cepillos de dientes. Para prevenir la infección, se recomienda lavarse las manos con frecuencia y evitar compartir objetos personales. El tratamiento para H. pylori generalmente incluye antibióticos y medicamentos que reducen el ácido gástrico.
4. Virus de Epstein-Barr (VEB)
El Virus de Epstein-Barr (VEB), conocido por causar mononucleosis, también está vinculado a varios tipos de cáncer, incluidos los linfomas de Burkitt y de Hodgkin, así como algunos cánceres nasofaríngeos. Aunque muchas personas se infectan con este virus en su juventud y no presentan síntomas graves, en algunos casos puede latir en el cuerpo de manera crónica, aumentando el riesgo de cáncer.
Actualmente, no existe una vacuna específica contra el VEB, pero mantener un sistema inmunológico fuerte y evitar el contacto con personas infectadas puede reducir el riesgo de infección. Las personas con sistemas inmunitarios debilitados deben estar especialmente alerta, ya que tienen mayor probabilidad de desarrollar cáncer asociado con el virus.
Identificar y prevenir infecciones comunes que pueden causar cáncer es clave para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Vacunarse contra el VPH y la hepatitis B, someterse a pruebas de detección regulares y seguir hábitos de higiene adecuados son medidas fundamentales para proteger tu salud. Consulta a tu médico sobre las vacunas disponibles y los exámenes necesarios para detectar estas infecciones de manera temprana. ¡La prevención es la mejor herramienta contra el cáncer!
Con información de The New York Times