Jaime Torres Bodet fue pilar de la vida intelectual en México

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Nació el 17 de abril de 1902 en la Ciudad de México.
México.- Por su vocación literaria alejada del realismo e inmersa en atmósferas intimistas y por ser una de las más prominentes figuras públicas en la cultura y la educación en México, Jaime Torres Bodet es recordado a 114 años de su nacimiento.
Nació el 17 de abril de 1902 en la Ciudad de México. Después de licenciarse en Filosofía y Letras por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenzó desde temprana edad una trayectoria en el servicio público.
De acuerdo con datos biográficos publicados por la UNAM, fungió como secretario del rector de la Universidad, José Vasconcelos (1882-1959), se desempeñó como secretario de Relaciones Exteriores y de Educación Pública en dos ocasiones y ha sido el único mexicano en ocupar el cargo de director general de la UNESCO.
Entre sus logros como funcionario público en el ámbito de la cultura y la educación destacan la Campaña Nacional contra el Analfabetismo (1944-1946) y el programa de libros de texto gratuito para las escuelas de educación básica, así como su injerencia en la inauguración de nuevos planteles de la Escuela Normal, del Conservatorio Nacional de Música y de la Biblioteca de México.
A la par de su fructífera carrera diplomática y política que se prolongó desde 1929 hasta 1971, Bodet ejerció intermitentemente su vocación por las letras desde los 16 años.
En la década de 1920, el joven poeta se unió a los “Contemporáneos” uno de los grupos literarios mexicanos más importantes en el que figuraron escritores como Salvador Novo (1882-1959), Xavier Villaurrutia (1903-1950), Jorge Cuesta (1903-1942), José Gorostiza (1901-1973), Bernardo Ortiz de Montellano (1889-1949), entre otros.
El sitio “Memorial Político de México” resalta las aportaciones que hicieron los Contemporáneos al paisaje literario e intelectual de aquella época: la renovación estilística en teatro, poesía y crítica, que luchaba contra el “acendrado nacionalismo estético de otros escritores” de aquellos tiempos.
El escritor Miguel Capistrán (1939-2012) comentó en alguna ocasión que la figura de Torres Bodet en el panorama cultural de México fue importante porque él fue quien estrenó la labor de crítica en el terreno de las artes plásticas y el cine.
Su primera entrega novelística fue “Margarita de niebla” (1927) un par de años antes de que la revista “Contemporáneos” viera la luz a partir de un volumen de ensayos literarios que escribió bajo el mismo nombre.
Aunque su producción literaria y poética no es tan evocada como sus logros en cargos públicos, Jaime Torres Bodet fue un autor consagrado.
Ignacio Sánchez Prado, profesor asociado de literatura mexicana y estudios latinoamericanos en Washington University in Saint Louis, califica la poesía de Torres Bodet como “estéticamente equilibrada” entre la forma y el fondo, en la que el escritor apelaba a los valores humanos del modernismo mientras reivindicaba el clasismo del verso.
Jaime Torres Bodet formó parte de la Academia Mexicana de la Lengua y de El Colegio Nacional. Fue distinguido con el Premio Mazatlán de Literatura (1968) y el Premio Nacional de Letras (1966).
Tras 16 años de soportar el dolor del cáncer y una vez que concluyó la redacción de sus Memorias, Jaime Torres Bodet murió el 13 de mayo de 1974, construyendo con su legado un pilar de la vida cultural e intelectual de México en el siglo XX.