Los ictiosaurios, los primeros gigante en la Tierra

Vida
/ 12 marzo 2022

El cráneo de dos metros de una descomunal especie de ictiosaurio, el más antiguo que se conoce, da indicios sobre el rápido crecimiento de los reptiles marinos hasta convertirse en gigantes de los océanos.

Mientras los dinosaurios dominaban la tierra, los ictiosaurios (reptiles marinos con el hocico prolongado, dientes separados, ojos grandes, cuello muy corto, cuatro aletas natatorias y aspecto de pez y delfín a la vez) y otros animales acuáticos (que no eran dinosaurios) dominaban las aguas, alcanzando tamaños igualmente gigantescos y una similar diversidad de especies.

Los ictiosaurios, que desarrollaron formas corporales hidrodinámicas (con baja resistencia al agua) propias de los peces y las ballenas, nadaron por los océanos primigenios durante casi toda la Era de los Dinosaurios, explican desde el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles (NHM), en California (EU)

Ahora los investigadores del NHM están desvelando cómo alcanzaron sus colosales tamaños tanto los reptiles marinos extintos como las ballenas modernas, a partir del análisis del cráneo de dos metros de largo de una especie de ictiosaurio descubierta recientemente y considerada la primera criatura gigante conocida de la Tierra.

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$!El voluntario Viji Shook del NHM, junto al cráneo de C. youngorum. EFE/Martin Sander,/NHM

Los ictiosaurios proceden de un grupo aún desconocido de reptiles terrestres y respiraban aire”, afirma el autor principal de la investigación, el doctor Martin Sander, paleontólogo de la Universidad de Bonn (Alemania) e investigador asociado del Instituto de Dinosaurios del NHM. “Desde que se descubrieron los primeros de esqueletos de ictiosaurios en el sur de Inglaterra y Alemania, hace más de 250 años, estos `peces-saurios´ son los primeros reptiles fósiles de gran tamaño conocidos por la ciencia y desde entonces han cautivado la imaginación popular”, señala Sander. El cráneo que estudia el NHM está bien conservado y fue descubierto en 2011 en una excavación en la ladera rocosa de un cañón de las montañas de Augusta, en Nevada (EU) junto con parte de la columna vertebral, el hombro y la aleta delantera.

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$!Zona de las montañas de Augusta (Nevada, EU) donde se encontró el fósil de C. youngorum. EFE/Lars Schmitz

LA MAYOR CRIATURA DE TIERRAS Y MARES

Estos restos fósiles datan de la Época Triásica Media (el período que se extiende desde hace 247.2 millones de años hasta hace unos 237 millones de años) representando el caso más antiguo de un ictiosaurio de dimensiones épicas, según el NHM.

Tan grande como un gran cachalote con más de 17 metros (55.78 pies) de largo, este ictiosaurio denominado ‘Cymbospondylus youngorum’ es el animal más grande de ese período descubierto hasta ahora, ya sea en tierra firme o en el mar, apuntan.

De hecho, “fue la primera criatura gigante que conocemos que habitó nuestro planeta”, según esta misma fuente.

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$!Fósil de ictiosaurio rodeado por ammonites, un alimento que posiblemente impulsó su crecimiento. EFE/Georg Oleschinski/Universidad de Bonn

El estudio del cráneo fósil de esta colosal criatura está arrojando nueva luz sobre el rápido crecimiento de los reptiles marinos hasta convertirse en los “dinosaurios gigantes de los océanos” y ayudando a entender mejor la evolución de los cetáceos modernos (ballenas y delfines) hasta convertirse en los animales más grandes que jamás hayan habitado la Tierra, puntualizan.

En las rocas (calizas, pizarras y limolitas) de las cadenas montañosas de Nevada, cuyos registros fósiles son “una ventana al Triásico que conecta nuestro presente con los antiguos océanos”, se han descubierto los restos fosilizados de animales que eran presas o competidores del C. youngorum, por ejemplo, ancestros de los cefalópodos modernos como la sepia y el pulpo.

El C. youngorum acechó los océanos hace unos 246 millones de años, “unos tres millones de años después de que los primeros ictiosaurios se mojaran las aletas, un tiempo asombrosamente corto para llegar a ser tan grande”, según el doctor Sander.

$!Comparación de C. youngorum, con un ser humano y un cachalote moderno. Ilustración de Stephanie Abramowicz/NHM

UN CAZADOR DE REPTILES MARINOS

El hocico alargado y los dientes cónicos sugieren que este ictiosaurio se alimentaba de calamares y peces, pero de su enorme tamaño se deduce que también podría haber cazado reptiles marinos más pequeños y juveniles. Los investigadores de NHM recrearon el entorno acuático que habitó el C. youngorum en el actual territorio de las montañas de Augusta mediante modelos computacionales. Han deducido que allí proliferaron ictiosaurios de diferentes tamaños y con distintas estrategias de supervivencia, comparables a los cetáceos modernos, desde delfines relativamente pequeños hasta enormes ballenas barbadas y cachalotes gigantes que se alimentan de calamares.

Las ballenas y los ictiosaurios comparten algo más que un enorme tamaño. Tienen similitudes corporales y ambos surgieron inicialmente después de extinciones masivas, según explica la doctora Eva Maria Griebeler, coautora y modeladora ecológica de la Universidad de Maguncia (Alemania)

Estas similitudes los hacen científicamente valiosos para un estudio comparativo, destinado a investigar cómo estos animales marinos alcanzaron sus tamaños récord de forma independiente, según los científicos del NHM.

Estos investigadores descubrieron que, aunque tanto los cetáceos como los ictiosaurios evolucionaron hacia tamaños corporales muy grandes, sus respectivas trayectorias evolutivas hacia el gigantismo fueron diferentes.

Los ictiosaurios tuvieron un auge inicial de tamaño, convirtiéndose en gigantes al principio de su historia evolutiva, mientras que las ballenas tardaron mucho más en alcanzar sus enormes dimensiones actuales, según explican. Aunque sus rutas evolutivas difieren, tanto las ballenas como los ictiosaurios se hicieron gigantes al explotar la cadena alimentaria posterior a la extinción masiva de la Era Pérmica (hace unos 250 millones de años) en la que proliferaron criaturas hoy extintas, como los ammonites (moluscos cefalópodos) y los conodontes (organismos de aspecto similar a una anguila), según el NHM.

Este estudio no solo arroja nueva luz sobre las similitudes entre los ictiosaurios y los cetáceos, y como se agigantaron sus cuerpos, sino que además es un testimonio de la resistencia de la vida en los océanos después de la peor extinción masiva de la historia de la Tierra, recalca el doctor Jorge Vélez-Juarbe, conservador asociado de Mastozoología (Mamíferos Marinos) del NHM.

$!Recreación de C. youngorum acechando los océanos hace 246 millones de años. Ilustración de Stephanie Abramowicz

DESTACADOS:

+ Los ictiosaurios proceden de un grupo desconocido de reptiles terrestres, respiraban aire, tenían cuerpos hidrodinámicos como los peces y las ballenas y nadaron por los océanos durante casi toda la Era de los Dinosaurios, según el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles (NHM), en EU.

+ Los investigadores del NHM están estudiando un cráneo más grande que un ser humano y perteneciente a un ictiosaurio denominado ‘C. youngorum’ que tenía el tamaño de un cachalote de más de 17 metros de largo, siendo el animal más grande de esa época descubierto hasta ahora, en tierra firme o en el mar.

+ El estudio de “la primera criatura gigante conocida que habitó nuestro planeta” desvela las similitudes entre los antiguos ictiosaurios y los cetáceos actuales y de qué modo se agigantaron y testimonia la resistencia de la vida en los océanos tras la peor extinción masiva de la historia de la Tierra, según el NHM.

Por Daniel Galilea EFE/Reportajes.

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