Coahuila: trastornos emocionales pueden causar desórdenes alimenticios, dice especialista
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Ante emociones negativas, unas personas recurren al alcohol y otras a la comida
La depresión, ansiedad, estrés, angustia, la tristeza, la ira y otros problemas de salud mental impulsan a las personas a comer de manera excesiva, como mecanismo neurológico para “compensar” el malestar emocional y creer sentirse bien, lo que es falso, solo es momentáneo, y eso lleva al sobrepeso y obesidad.
María Elena Castelo Mejía, médica bariatra y especialista en Nutrición Clínica, señaló que así como hay personas que se refugian en el alcohol y otras drogas por los problemas que enfrentan, también hay quienes recurren a la comida de manera excesiva.
En estos casos, además de recomendarse acudir al especialista en nutrición y ejercitarse, es necesario contar con apoyo emocional, es decir, psicológico, porque son desórdenes alimenticios que tienen origen en el malestar emocional, incluso por situaciones o experiencias vividas desde la niñez.
“Existe el hambre y el apetito, cuando tenemos hambre generalmente es un efecto fisiológico donde hay una contracción del estómago y nos hace sentir el hambre y el apetito es lo que queremos o se nos antoja, es muy diferente. Cuando hay este tipo de trastornos de comer compulsivamente por ansiedad, por tristeza, ocurre porque tenemos neurotransmisores a nivel cerebral que nos ocasiona que haya este tipo de emociones.
“Normalmente, estos neurotransmisores son los que nos dan también las sensaciones de placer, de bienestar o de tristeza, entonces hay alimentos que generan que estemos más felices, por ejemplo el chocolate, pero normalmente lo que es la tristeza, la ansiedad, el estrés es un efecto emocional, emociones que las personas tienen y no las atienden a tiempo y lo reflejan a través de la comida”, dijo.
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Las personas sienten un bienestar, pero es momentáneo, al final se sienten mal por haber comido tanto, pero es porque hay emociones que no han sido sanadas y hay que sacar o liberar.
“Por eso es muy importante que cuando tengamos ese tipo de trastornos alimenticios se complemente el tratamiento a través del nutriólogo y con el psicólogo, para tratar estas emociones, que puedan ser liberadas y no estarlas reprimiendo con el alimento.
“Todas las emociones reprimidas que no hemos sanado, heridas que desde niños traemos, repercuten en la comida. Desgraciadamente, desde niños nos enseñaron a que si te portas bien te doy un premio, una paleta, un chocolate. Hemos asociado bastante nuestra vida diaria con los alimentos, tanto de premiar o de quitar algo a través de los alimentos”, explicó.
Castelo Mejía señaló que unas personas recurren al alcohol y otras drogas, mientras que otras se refugian en los alimentos porque sienten una satisfacción, pero es un trastorno emocional que se refleja en trastorno alimenticio, lo que se debe tratar desde el fondo y en el fondo están las emociones.
Explicó que las personas tienen miedo de acudir al psicólogo o al psiquiatra al considerar que no están locas, sin embargo, ahí está la solución a problemas emocionales que afectan la vida diaria para que orienten sobre cómo sanar emociones negativas, que finalmente se traducen en enfermedades físicas.
“Recuerden que ahora al término de salud le agregaron el bienestar emocional, antes era el físico y mental y ahora es emocional. Somos lo que comemos, la nutrición es importante para tener salud física y emocional”, aseguró.