‘El Rey Dormido’, un antiguo asesino en Saltillo
Advertencia: en esta leyenda urbana que surgió hace 176 años hay más preguntas que respuestas
Aunque las versiones y los detalles varían, todo recae en lo mismo: en Saltillo hubo un asesino al que se le dio el alias: “El Rey Dormido”.
Ocurrió durante la Intervención estadounidense en México (1846-1848), lo que nos lleva a introducirnos en una leyenda urbana que surgió hace 176 años.
El nombre de nuestro personaje era Simón Casimiro Flores de Melona, aunque también lo identificaban como Braulio Flores.
Algunos dicen que habitaba en el céntrico barrio del Águila de Oro, al oriente del Ojo de Agua.
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Otros cuentan que vivió al poniente de la ciudad en una casa junto a una barranca. Cerca de donde ahora se encuentra el Panteón de Santiago.
Sobre su apodo, “El Rey Dormido”, hacía referencia a que en las noches acudía a las casas de mala muerte para ser tahúr -experto en juegos de azar que apuesta y gana dinero mediante su habilidad o recurriendo al engaño y trampas-.
Durante el día, Simón dormitaba en la calle, frente a una mesita en la que vendía dulces.
El modus operandi
“El Rey Dormido” hacía amistad con los extranjeros, particularmente con los norteamericanos, que en ese tiempo habitaron Saltillo con motivo del conflicto bélico.
Tras ganarse su confianza en la noche los invitaba a algún prostíbulo. Ya ebrios, los llevaba al arroyo de Guanajuato al norte del barrio del Águila de Oro. (Esto reforzaría la teoría de que Simón frecuentaba o habitaba en la Zona Centro).
De hecho, por el lugar aún hay un pequeño arroyo y la calle aledaña se llama “Del Arroyo”, misma que colinda con la Plaza Coahuila.
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Retomemos el crimen. Estando en el lugar, Simón mataba a sus víctimas con un machete o una soga.
Así asesinó a varios soldados norteamericanos, sin que podamos saber exactamente cuántos y por qué. No hay noticia ni documento conocido que hable del caso “El Rey Dormido”.
Sin embargo, la tradición oral cuenta que al saberse en la comunidad sobre los homicidios de los invasores, hubo quienes consideraron a “El Rey Dormido” como una suerte de héroe que ofreció resistencia ante la irrupción de los extranjeros.
La condena
En cuanto al fin de Simón existen por lo menos cinco versiones de lo que pudo ocurrir.
Se dice que fue capturado por los norteamericanos y sentenciado a muerte. Para el historiador Carlos Recio esa teoría es viable, pues considera que posiblemente no fueron muchos los soldados asesinados por “El Rey Dormido”, dado que las autoridades militares del país vecino por lo común atrapaban fácilmente a los homicidas de sus efectivos.
Dicha hipótesis también tumbaría la idea de que Simón pudo haber sido un asesino serial. La falta de información impide denominarlo como tal, sobre todo al no haber certeza del número de crímenes cometidos.
Entre las versiones se maneja que tras haber sido preso escapó cuando un capellán fue a confesarle a la prisión e intercambiaron ropas.
Otra teoría de fuga señala que golpeó a un guardia con una bala de cañón que le ataron a los pies.
Por otro lado, también existe la posibilidad de que fuera condenado a prisión una vez que se vio involucrado en una riña donde dio muerte a un alemán, ocurrida en el cruce actual de las calles Presidente Cárdenas y Rayón.
Con el fin de liberarse de la condena, pidió al Ayuntamiento plantar árboles en la Alameda -una especie de servicio comunitario- y como de alguna forma “El Rey Dormido’’ había ganado la simpatía pública, la solicitud le fue concedida.
Cualquiera que fuera el destino de Simón, nunca más se volvió a saber de él una vez que los norteamericanos se retiraron de las tierras saltillenses.
Y como en otras leyendas de tradición oral en la localidad (La Delgadina, Los emparedados o El Rolex) aquí no hay fotografías o testigos, más que aquellos que con el paso de los años lograron rescatar y transmitir la historia.
*Con información de Germaine Boué, José García, José de Jesús Dávila, Carlos Recio, Ariel Gutiérrez y Tomás Berlanga.
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