Inmuebles de Saltillo que ya no existen (porque los demolieron)

Un mercado, un banco y un hotel, un estadio, una penitenciaría y una plaza de toros, ¿cómo desaparecen edificios históricos? Esta es la historia de cinco inmuebles que se extinguieron hace más de 40 años.

Coahuila
/ 26 mayo 2023
COMPARTIR

¿La maquinaria pesada destruye identidades? Historiadores creen que sí.

El pasado 20 de mayo, a través de las páginas de Vanguardia, el historiador Carlos Recio se pronunció sobre la demolición de la casa sesentera marcada con el número #470 en la calle Guadalupe Victoria, en la Zona Centro de Saltillo.

“De la misma manera que un árbol genera nuevas ramas, sin destruir su tronco principal, la parte antigua de una ciudad, su centro o casco histórico, es esencial para comprender los valores de su trayectoria y para mantener el respeto por su historia. Destruir el centro, significa amenazar la memoria más fundamental. Atentar contra ella equivale a sufrir amnesia o padecer Alzheimer, es decir, vivir sin una identidad propia”.

TE PUEDE INTERESAR: La utilidad de los edificios del Centro Histórico de Saltillo (a partir de la casa de Victoria 470)

A la aportación de Recio le siguieron cientos de comentarios en redes sociales que apoyaron su idea: “no hay que perder la identidad”, “es parte de nuestra historia”, “debemos proteger el patrimonio cultural”.

Otra vez, otra lucha contra maquinarias, contra decisiones, contra intereses. Una lucha en la que al final, entre la cantera y la piedra, han terminado escombradas las historias de una ciudad.

Quizá te suenan conocidos los casos del Cine Palacio, cuyo edificio fue restaurado en 2015 y se convirtió en una zapatería. O el de la Sociedad Mutualista y Recreativa Manuel Acuña, el centenario inmueble derribado en 2021 a causa de un pagaré dudoso.

TE PUEDE INTERESAR: El último gran cine murió convertido en zapatería

Como esos dos, en los últimos 40 años otros edificios han sido defendidos sin que se haya tenido éxito. Estas son las historias de un mercado, un banco y un hotel, un estadio, una penitenciaría y una plaza de toros.

EL MERCADO

En la manzana que conforman las calles Juárez, Allende, Victoria y Morelos, existió un mercado llamado El Parián, característico por su serie de arcos romanos de baja altura.

Operó por casi medio siglo, desde 1850 hasta 1898, tiempo en el que recibió a comerciantes con giros de todo tipo.

Tal fue la demanda, que el terreno quedó corto para recibir a todos los puesteros que buscaban un punto de venta.

El final de El Parián llegó cuando en su lugar se comenzó la edificación del Hotel y Banco Coahuila, en 1902.

EL HOTEL Y EL BANCO

Cuatro pisos, cantera rosa traída de San Luis Potosí y unos pilares sosteniendo amplios balcones, hicieron que el inmueble compartido del Hotel y Banco Coahuila destacara entre las abundantes construcciones de una planta en el sector.

Mientras en el banco se movían las altas finanzas estatales, en el hotel se hospedaban personajes como el ex presidente Francisco I. Madero y el cantante de ópera Enrico Caruso.

TE PUEDE INTERESAR: Para Caruso un amargo recuerdo; para Saltillo el más grande honor

El auge no duró medio siglo. Para 1950 el Banco Coahuila se mudó de lugar y más tarde se fusionó con el Banco Internacional ubicado en Saltillo. El hotel no estuvo más en funciones, y a pesar de la molestia de defensores del patrimonio cultural, el edificio fue derrumbado.

Hoy en esa manzana, una nueva cantera rosa que intenta retomar el estilo neoclásico, recubre la fachada del banco BBVA.

$!Antiguo edificio del Hotel y Banco Coahuila.

EL ESTADIO

Cuando aún existían el Hotel y el Banco Coahuila, a 900 metros de ahí hacia el poniente, se ubicó un recinto deportivo al que visitaron Pedro Infante, El Santo y miles de amantes de la lucha libre, el beisbol, el futbol y del entretenimiento en general.

En 1937 al Estadio Saltillo le dieron una localización privilegiada, sobre la actual calle Ramos Arizpe, frente al Lago República de la Alameda.

La inauguración del inmueble con fachada al estilo art decó con altas paredes, fue motivo de una fiesta de tres días.

Tal fue la importancia del Estadio Saltillo que llegó a ser considerada la primera catedral del beisbol en la ciudad. Hasta que inició el levantamiento del Parque Madero y el Estadio Olímpico. Por eso el céntrico estadio fue derribado a finales de los 60’s.

$!Antigua fachada del Estadio Saltillo, frente a la Alameda.

TE PUEDE INTERESAR: Un estadio desaparecido

LA PENITENCIARÍA

Aunque muy lejos de albergar momentos gratos como el Estadio Saltillo, la Penitenciaría del Estado fue otro espacio al que demolieron a inicios de los 70’s tras haber estado en función durante casi 90 años.

La construcción de la penitenciaría comenzó en 1882, en la esquina de las calles Emilio Castelar y General Cepeda. En ese sitio ocurrieron actos históricos como el último fusilamiento militar en México.

A José Isaías Constante Laureano lo fusilaron en 1961. Al soldado de 28 años lo sentenciaron por homicidio a uno de sus compañeros.

Ahora encontramos ahí a la Secretaría de Finanzas del Estado.

$!Interior de la antigua penitenciaría.

PLAZA DE TOROS

Como si la década de los 70’s hubiera sido la época de la demolición, luego de haber sido inaugurado en 1949, en 1977 dejó de existir la Plaza de Toros Fermín Espinosa.

Este centro taurino se localizó a un costado del vigente Hotel Imperial, en el bulevar Venustiano Carranza. La plaza estuvo activa sólo durante 18 años, siendo 1967 cuando comenzó su decaída y una década después su extinción.

Como referentes de la cultura taurina en la localidad, los dueños de la plaza fueron Fermín Espinosa, Mariano Rodríguez, Rafael Flores, José González Ramos, Félix Cháez y Juan y Enrique García Saldívar.

Quién diría que 46 años después de que se destruyó la Plaza de Toros Fermín Espinosa, ya ni siquiera se practicara la tauromaquia en Saltillo.

Y sobre los edificios históricos, ¿qué futuro les espera a los que aún sobreviven? ¿cuál será el siguiente en “tambalearse”? ¿cuál será el próximo en encontrarse con la maquinaria pesada?

*Con información de Pablo Cuéllar, Carlos Recios, Javier Villarreal, Archivo Municipal de Saltillo.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM