México, Coahuila y Saltillo son felices, y a las pruebas me remito, dice INEGI

Coahuila
/ 20 marzo 2024

Indicadores del instituto dan cuenta del buen ánimo del País, quizá solo hay que dejar claro cómo entiende la felicidad

Hace once años que por primera vez en la historia se celebró el término más inasible de todos, la felicidad.

Fue el 28 de junio del 2012 cuando a instancias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se instituyó el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad.

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Así, por decreto y a partir del 2013, se tiene el pretexto para reconocer la importancia en la prosperidad del buen ánimo en la población, y para dar seguimiento al impacto que tienen las políticas públicas en la reavivación del espíritu.

Como el término es resbaladizo y como eso de ser feliz es algo personal, por lo que hablar de países o estados felices es aventurado; se creó una metodología y se acogió un significado.

Se es feliz por un estado de satisfacción espiritual y físico y se puede medir por una serie de indicadores que van de evaluar la salud, el empleo, las relaciones personales, la vivienda y el vecindario donde se vive; a la seguridad, el tiempo libre que se tiene y cómo nos vemos a futuro.

DE LAS CIFRAS DEL INEGI

En el más reciente reporte, el de enero pasado, el Módulo Básico de Bienestar Autorreportado reveló que el 48 por ciento de la población adulta urbana de México está satisfecha con la vida, al calificarla con 9 o 10; mientras que 44.9 por ciento de los mexicanos están moderadamente satisfechos, al otorgar una calificación entre siete y ocho.

Solo siete por ciento de la población adulta encuestada se consideró insatisfecha o poco satisfecha con la vida.

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DE LA DEMOGRAFÍA DE LA FELICIDAD

El INEGI calificó el estado de ánimo promedio de los mexicanos en 6.6, en una escala de -10 a 10; lo que informa del mejor nivel de satisfacción reportado desde 2015.

De entre los estados más felices, la lista la encabezan la Ciudad de México, Querétaro y Chihuahua, en un top ten en el que Coahuila ocupa el lugar siete.

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Hablando de ciudades, San Pedro Garza García y San Nicolás de los Garza, en Nuevo León, son de las regiones con mayor calificación en calidad de vida, grupo al que se suman Saltillo, Coahuila y Hermosillo, Sonora, por el buen nivel educativo, de empleo, economía y vivienda, así como servicios públicos.

El grado de satisfacción personal respecto a la vida, que el INEGI organiza como fortaleza anímica, es fuerte entre los mexicanos, que se sienten afortunados, libres para decidir y con una meta. Ellos mismos manifiestan en la encuesta, que la felicidad proviene del interior.

En general, es en los ámbitos personales, en donde se apunta que el mexicano construye su propia felicidad, donde mejores calificaciones se obtienen.

El extremo opuesto, en donde se tiene menos control del indicador, es donde peor evaluación se da, como en seguridad ciudadana, con 5.4, o en el nivel de satisfacción del país, con un 7.4.

¿FELIZ O ALEGRE, QUÉ ES MEJOR?

Los endocrinólogos y neurocientíficos definen la felicidad como un proceso biológico y han encontrado que cuatro neurotransmisores cerebrales: dopamina, endorfina, oxitocina y serotonina, son los que hacen que el ser humano se sienta bien.

Además descubrieron que hay factores sociales que promueven la segregación de estas sustancias.

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De ahí que recomienden que para generar dopamina se establezcan metas y objetivos a corto plazo y los alcancen; para la serotonina requieren exponerse al sol y ejercitarse, mientras que la endorfina se libera bailando, trabajando en equipo y viendo películas tristes, y para la oxitocina hay que crear vínculos emocionales, por eso la llaman la “hormona del abrazo”.

”Cada químico de la felicidad tiene un trabajo especial que hacer y se apaga una vez que el trabajo está hecho”, escribió la investigadora Loretta G. Breuning.

Y es reflexionando en esto que podemos concluir que la felicidad no es un estado absoluto, sino una serie de momentos agradables que nos permiten enfrentar los desagradables con mejor ánimo.

Y bajo esta premisa es que entendemos cómo es que se puede “ser feliz, feliz”, como afirma el presidente López Obrador, en medio de un panorama tan complicado. como es el de México.

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