¡Cuidado!... ¿Sabías que beber refrescos y jugos azucarados podría dañar tu salud mental?

Diversos estudios recientes han demostrado que el consumo frecuente de refrescos y jugos azucarados no solo incrementa el riesgo de enfermedades metabólicas, sino que también puede afectar el bienestar emocional, elevando la probabilidad de padecer ansiedad y depresión.

IMPACTO DE LOS REFRESCOS EN LA SALUD MENTAL

El consumo excesivo de bebidas azucaradas se asocia tradicionalmente con problemas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado un aspecto menos visible pero igual de preocupante: su impacto en la salud mental.

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Un estudio de la Universidad de Harvard (2019), publicado en Public Health Nutrition, encontró que quienes consumen bebidas azucaradas diariamente tienen un 31% más de probabilidades de desarrollar depresión en comparación con quienes las consumen ocasionalmente.

Otro estudio de 2022 en Journal of Affective Disorders analizó a más de 80 mil participantes en China, confirmando una relación entre el alto consumo de refrescos azucarados y un mayor riesgo de síntomas depresivos en adultos jóvenes.

AZÚCAR, CEREBRO Y EMOCIONES

La explicación científica apunta a que el exceso de azúcar altera los niveles de glucosa en sangre, provocando picos y caídas repentinas que influyen en la regulación del estado de ánimo. Además, dietas ricas en azúcares refinados afectan la neuroplasticidad, lo que repercute en áreas del cerebro relacionadas con la ansiedad y la depresión.

En 2023, una revisión publicada en Nutrients confirmó que el consumo elevado de azúcares añadidos incrementa la inflamación cerebral y reduce la liberación de neurotransmisores como la serotonina, fundamentales para mantener la estabilidad emocional.

DATOS CURIOSOS SOBRE LOS REFRESCOS

• Una sola lata de refresco de 355 ml puede contener entre 35 y 40 gramos de azúcar, equivalente a 8 cucharaditas.

• Según la OMS, la ingesta diaria de azúcares añadidos no debe superar el 10% de las calorías totales, lo que equivale a unas 50 g en adultos.

• México es uno de los países con mayor consumo de refrescos en el mundo: un promedio de 163 litros por persona al año.

¿CÓMO REDUCIR EL CONSUMO?

Los expertos en nutrición sugieren:• Sustituir refrescos y jugos procesados por agua natural o infusiones sin azúcar.

• Optar por jugos naturales en pequeñas cantidades y acompañados de fibra.

• Leer etiquetas y evitar productos con jarabe de maíz de alta fructosa.

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El consumo de refrescos y jugos azucarados va más allá de un problema físico: está vinculado con el bienestar mental. Reducir su ingesta no solo protege al cuerpo de enfermedades crónicas, sino que también fortalece la salud emocional.