Aranceles: Trump, la inflación y la economía global

Opinión
/ 8 agosto 2025

Si a todos los países por igual les sale más caro comerciar con Estados Unidos y más barato con los demás, a la larga los otros países preferirán enfocar sus exportaciones a donde les sea más rentable

Para muchos, la estrategia de Donald Trump de imponer aranceles a todos los países del mundo está funcionando. Y, en cierta medida, no les falta razón si lo ven desde una óptica eminentemente política, ya que se ha salido con la suya y muchos de los países han terminado por doblar las manos. Sin embargo, en lo económico puede generarle una gran derrota.

Esto se debe a que, a más aranceles, mayor será la inflación. Pongamos un ejemplo simple, en Estados Unidos abundan las cafeterías como Starbucks, The Coffee Bean o Tim Hortons (de origen canadiense), sin embargo, no es un país productor de café, de hecho, ocupa el lugar 50 en este rubro, con el 0.2 por ciento de la producción global de este insumo.

TE PUEDE INTERESAR: Tren Maya vs. Tren México-Nuevo Laredo

Hay cinco países que concentran más del 60 por ciento de las exportaciones de café: Brasil, al que Trump le impuso un 50 por ciento de aranceles extras; Vietnam, al que le puso un 20 por ciento; Indonesia, que tiene el 19 por ciento; Colombia, con el 10 por ciento, y Etiopía, con el 10 por ciento. Esto quiere decir que lo mínimo que se puede esperar es que el consumidor americano ahora tendrá que pagar un sobreprecio de, al menos, el 10 por ciento por su taza de café. A menos, claro, que Starbucks y las grandes cadenas asuman parte del incremento y vean mermados sus márgenes de ganancia.

Es decir, al imponer los aranceles a otros países, parecería que Estados Unidos gana, porque al tener que pagar las compañías extranjeras más impuestos para llevar sus productos a dicho país, se empodera a las empresas norteamericanas, o bien, se buscará la forma de mudar la producción a suelo estadounidense. Pero en realidad todos pierden, porque los consumidores americanos ahora deberán pagar más por consumir lo mismo. Por ejemplo, si los autos que hoy se producen en Coahuila se trasladan a Indiana, los costos de producción serán mayores. Y sí, podrán generar algunos trabajos allá, pero a cada comprador de autos le saldrá más caro.

TE PUEDE INTERESAR: Estados Unidos estima recaudar 50 mil millones de dólares mensuales por los aranceles

Otra cosa que olvida Trump, y que es esencial en comercio internacional, es que Estados Unidos puede ser un gran cliente, pero no es el único, de forma que, si a las empresas les elevas el costo de entrada, no necesariamente buscarán mudar su producción a EU, ya que en un balance de costo-beneficio les podría convenir más exportar a otros países, diversificando de esta manera el comercio mundial y generando intercambios de aranceles bajos entre países, sin que Estados Unidos participe del comercio entre los mismos. Es decir, si a todos los países por igual les sale más caro comerciar con Estados Unidos y más barato con los demás, a la larga los otros países preferirán enfocar sus exportaciones a donde les sea más rentable, beneficiando a los consumidores que viven en estos lugares.

De forma que, a la larga, Estados Unidos puede verse perjudicado por las políticas arancelarias de Trump, por el sobreprecio que tendrán que pagar los consumidores y porque es probable que los demás países generen un esquema de intercambio de mayor beneficio, propiciando un desarrollo de nuevos polos económicos.

victorsanval@gmail.com

@victorsanval

Columna: Reinventando a Maquiavelo. Actualmente colabora como asesor en la Comisión Nacional de Seguridad. Cuenta con un Diplomado en Políticas Publicas impartido por el Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública. Amplia experiencia en el campo del periodismo editorial, con publicaciones en más de 10 medios impresos.

COMENTARIOS