Coahuila: Manolo Jiménez Salinas concluye el primer tercio de su gobierno
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El segundo informe de gobierno suele ser, en la biografía de los sexenios, un punto de inflexión entre el inicio romántico y las decisiones duras que implica el cierre del mandato
El gobernador Manolo Jiménez Salinas rendirá hoy su segundo informe de Gobierno. Este momento marca el agotamiento del primer tercio de su administración el cual, en el imaginario de la política mexicana, implica también el ingreso a la “zona de madurez” de los gobiernos.
Las reglas no escritas del ejercicio gubernamental en nuestro país señalan que, en materia de sexenios, los dos primeros años constituyen una suerte de “luna de miel” entre los gobernantes y la ciudadanía; un espacio en el cual los errores cometidos se justifican porque se trata de “la curva de aprendizaje” que todo equipo gubernamental debe transitar.
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Durante los primeros dos años “se vale experimentar”, probar perfiles que en el papel suenan prometedores, o cuya designación obedece más a “compromisos de campaña” que a una evaluación seria de las capacidades personales.
A partir de aquí, sin embargo, se espera que los resultados del ejercicio cotidiano del poder se encuentren orientados a resolver de fondo los problemas públicos. La improvisación en las tareas gubernamentales ya no se justifica con facilidad y comienzan a acumularse saldos negativos a partir del desempeño de aquellas áreas que no ofrecen los resultados que la sociedad demanda, particularmente en los temas más sensibles.
Justamente por esto último, el arranque del segundo tercio de los sexenios suele estar caracterizado por “ajustes” en el equipo, por enroques o sustituciones que tienen como propósito mejorar el desempeño de la administración y/o comenzar a perfilar a quienes tendrán una posición destacada en los comicios por venir.
Porque el ejercicio del poder público no solamente implica –desde la perspectiva de quien lo ejerce, desde luego– el abocarse a la resolución de los problemas de la agenda colectiva, sino también hacer política, lo cual quiere decir pensar en las elecciones futuras.
Y, como bien sabemos, en unos cuantos días arrancará el proceso electoral mediante el cual se renovará el Poder Legislativo local. Dicho proceso marcará el rumbo hacia la segunda mitad del sexenio.
Así pues, luego de la comparecencia que hoy tendrá el titular del Ejecutivo ante la Legislatura local, lo que se espera es una sucesión de hechos impregnados, sobre todo, de intencionalidad política. Esta se notará desde los discursos mismos que hoy serán pronunciados en la tribuna parlamentaria y se reforzará durante el denominado periodo de “glosa” del Informe, el cual incluye la comparecencia de todos o algunos integrantes del gabinete estatal ante el Poder Legislativo.
Luego vendrán “los acomodos”, que incluyen la migración de integrantes del Poder Ejecutivo, o de los ayuntamientos, para convertirse en candidatos, o la incorporación de actuales legisladores a tareas ejecutivas. Todo ello relacionado con el periodo en el cual la administración estatal llegará a su cenit para, a partir de allí, comenzar a planear la sucesión.