Coahuila, una contienda entre partidos donde siempre gana el PRI

En el futbol hay una vieja frase acuñada por Gary Lineker que dice: el futbol es un juego de 11 contra 11, y siempre gana Alemania. Bien, en Coahuila podría adaptarse esa frase: las elecciones en Coahuila son una contienda entre partidos (cuatro, cinco, seis partidos, no importa cuántos) donde siempre gana el PRI.

Manolo Jiménez Salinas será el gobernador de Coahuila a partir del 1 de diciembre. Con su llegada, Coahuila se convertirá en el único estado del país que nunca ha presentado una alternancia en el Gobierno estatal.

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Y cuando concluya su periodo, Coahuila habrá cumplido 100 años con un gobernador emanado del PRI.

Alguna frase de campaña refería que no hay PRI que dure 100 años ni coahuilense que lo aguante. Pero sí, sí habrá coahuilense que lo aguante. ¿Qué es lo que ha llevado a la población de un estado a no desprenderse de un partido?

¿Por qué si Coahuila no ha estado exento de años aciagos, violencia y robos de políticos, se sigue votando por el mismo partido?

Hace una década todavía se vivía el terror en cada municipio del Estado: la masacre a los bares en Torreón en 2010, la masacre de Allende en 2011; balaceras y tiroteos a cualquier hora del día, asesinatos y secuestros, robos violentos. En Coahuila hay más de 3 mil 500 desaparecidos, decenas de personas fueron desplazadas en su momento por la violencia. Alguna vez se fugaron más de 100 reos de una prisión bajo el cobijo de autoridades. Los Zetas se placeaban por el estado con completa impunidad. Balacearon un estadio de futbol.

Y aun así siguió ganando el PRI.

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En Coahuila nos robaron arteramente con la deuda. Los diputados priistas legitimaron un robo. Hay una deuda que consume del 10 al 15 por ciento del presupuesto estatal que pagamos todos en detrimento del desarrollo económico. Un hermano heredó a otro hermano el cargo. Se destapó un caso de empresas fantasmas.

Y aun así siguió ganando el PRI.

Hay una crisis severa del agua alimentada por la mala gestión del recurso y la omisión de autoridades (de todos los niveles). Decenas de colonias del Estado reciben agua en pipas periódicamente si bien les va, y el problema sigue agudizándose.

Y aun así siguió ganando el PRI.

En Coahuila hay obras que quedaron como elefantes blancos, otras que duraron años en terminarse y que existe la duda si realmente funcionan y otras más, como el Metrobús Laguna, que siguen sin concluirse. Y la gente reniega.

Y aun así siguió ganando el PRI.

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AL TIRO

Hace seis años fue la oportunidad más cercana para derrocar al PRI. Alrededor de 30 mil votos fueron la diferencia. Este año la diferencia fue de 35 puntos porcentuales. Las campañas fueron realmente mero trámite con tan amplia ventaja.

La alternancia, que siempre es saludable en una democracia, no llegó en los momentos en que pudo llegar. Y no parece que llegará en el futuro cercano.

Un escenario donde existe una estabilidad general en la entidad y ciertamente no existe la macrocriminalidad como en otras entidades, se conjuga con una oposición débil, dispersa, dividida, frágil, sin identidad, sin discurso, sin protagonistas.

Seguro hay muchas razones. Lo cierto es que las elecciones en Coahuila son una contienda entre partidos (cuatro, cinco, seis partidos, no importa cuántos) donde siempre gana el PRI.