Hace un par de semanas se comentaba en este espacio lo complicado que iba a resultar la segunda mitad del año en la parte económica. Algunos temas quizás no causarán tanto revuelo en los medios y otros seguramente ocuparán las primeras planas.
Sobre aquellos que no causan tanto ruido, pero que ya empiezan a tomar el pulso tanto de la actividad económica como de la percepción de tomadores de decisiones y de los mercados, fue justo el Banco de México quien se encargó de brindarnos información muy útil.
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El pasado jueves, Banxico divulgó la minuta de la última reunión de política monetaria que tanto debate suscitó. Como ya se había hecho saber en el comunicado de política monetaria correspondiente, fueron los subgobernadores Jonathan Heath e Irene Espinosa quienes se opusieron a la reducción de la tasa de interés de referencia.
En la minuta se pueden encontrar los argumentos que expusieron ambos miembros de la Junta de Gobierno. Los dos coinciden en lo prematuro de hacer este movimiento, justo en momentos en que la inflación general ha venido aumentando en los últimos cinco meses. Pero más allá de eso, ambos afirman de manera categórica que este tipo de acciones de política monetaria corren el grave riesgo de minar la credibilidad monetaria de la cual ha gozado nuestro banco central.
Un elemento que no habíamos avizorado meses atrás sobre este complejo panorama en la segunda mitad del año, era la captura en los hechos del Banco de México, uno de los grandes blindajes de la política económica del país. Ahora −sin esa línea de defensa en los hechos− el panorama luce un tanto desolador.
Al día siguiente, el Banco de México publicó el informe trimestral de la Balanza de Pagos correspondiente al segundo trimestre del año. Como hecho para destacar, merece especial atención el comportamiento de la Inversión Extranjera Directa (IED).
Cabe precisar antes que nada que, por cuestiones de carácter estacional, es muy común observar una reducción en los flujos de IED que entran al país en los segundos trimestres de cada año, comparados con el trimestre previo. Por alguna razón más de carácter administrativo, es en los primeros trimestres de cada año cuando se registran los mayores montos de IED.
En ese entendido −y a pesar de ello− resulta que en el periodo de abril a junio ingresaron al país 5 mil 81 millones de dólares. La cifra más baja para un segundo trimestre desde el año 2004, según cifras del Banco de México.
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Visto de otra forma, se experimentó una reducción del 80 por ciento respecto al monto que ingresó en el primer trimestre. Sólo para dimensionar esta cifra, hace un año la caída trimestral para ese mismo periodo en la IED fue del 63 por ciento.
Tal pareciera que la entrada de IED al país permanecerá en pausa en tanto siga este ambiente turbio y enardecido en la parte política que amenaza la vida institucional del país.