General Cepeda. Una calle saltillense de alcurnia (1)

Opinión
/ 16 junio 2024

La calle General Victoriano Cepeda, más conocida con su nombre abreviado de General Cepeda, fue una calle principal de la antigua villa de Santiago del Saltillo. Los conquistadores españoles provenientes de Mazapil, Zacatecas, fundaron la villa en 1577. El próximo mes, la ciudad festejará con bombo y platillos su aniversario número 477.

El nombre de General Cepeda se le impuso a la calle de referencia al triunfo de la República, época en que se cambiaron los nombres antiguos de calles y poblaciones por los de héroes de la Reforma, para honrarlos. Así, la calle a la que nos referimos era anteriormente la Calle Real de Santiago, y corría de sur a norte. En el sur se continuaba en su cruce de Bolívar con el Camino Real de Zacatecas, y en el norte con el Camino Real de Monterrey, que iniciaba en la actual calle Pedro Agüero. Muchos acontecimientos y personajes, así como instituciones educativas y religiosas contribuyeron a la prosapia del distinguido barrio y la afamada calle. Empezando por el Ateneo Fuente, cuya primera sede fue el antiguo convento franciscano, ubicado en la esquina de las calles de General Cepeda y Ateneo (que ya no existe porque desapareció la cuadra de la calle Ateneo).

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A lo largo de toda la vialidad y de su historia, desfilan antiguas familias que durante varias generaciones tuvieron su residencia durante varias generaciones en la calle de General Cepeda. En los años sesenta del pasado siglo y subiendo la calle de Pérez Treviño, vivió el competente químico don José Cruz Escobedo, maestro muy querido en el Ateneo y en Ciencias Químicas.

Exactamente donde topa la calle de Aldama, en una antigua casa de dos pisos vivía el famosísimo don Trigio Rodríguez, a quien buscaban para alivio y remedio de sus dolores no sólo los saltillenses, sino también gente de fuera que se enteraba de su buena fama de componedor de huesos y a quien hoy quizás podríamos dar el honroso título de kinesiólogo o quiropráctico. Con él vivía su hija, doña Cata Rodríguez de Cervantes, y su numerosa familia. Doña Cata tocaba el piano para muchas instituciones educativas y se vio obligada a dejar su residencia cuando fueron derrumbadas todas las casas del lado oriente de esa cuadra de General Cepeda para dar lugar a la construcción de la Secretaría de Finanzas.

La familia de don Trigio fue una típica familia saltillense, doña Cata fue gran defensora de las costumbres y tradiciones saltilleras, tanto que en su casa de Hidalgo y callejón 5 de Mayo, donde fue a vivir al dejar la vieja residencia, alojaba cada año la representación de una pastorela de alguna ranchería o ejido que duraba toda la noche y parte del día siguiente. Su hijo Adalberto Cervantes escribió y publicó el año pasado una memoriosa crónica de la familia y la famosa casa de General Cepeda y el barrio donde vivió su niñez, que tituló “Desde el zaguán”.

A esta calle de General Cepeda, antes de Santiago, pertenece la leyenda de Elvira Arocha, narrada en su tiempo por José García Rodríguez y por Miguel Alessio Robles, escritores saltillenses contemporáneos de la protagonista, y retomada después por Federico González Nañez, quien le puso el título de “Elvira Angélica, la Sinventura”.

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Cuentan que Elvira vivía en dicha calle, frente a la placita Madero, y todos los días, a la hora del Ángelus, salía a la ventana ataviada con galas de novia: vestido blanco de larga cola, “de crujiente seda y ricos brocados”, dice Miguel Alessio, y coronada su cabeza con azahares y tules vaporosos. Ahí se sentaba a esperar al galán que se rendiría a sus pies. Un día era, supuestamente, Carlos Pereyra, y ella le decía: “No, Carlos, no puedo corresponderte porque yo amo a José García Rodríguez por sus versos que cantan al amor y ensalzan mi encanto y mi hermosura”. Así, cada tarde fingía la escena con un enamorado distinto, quien imaginariamente le hablaba de su amor a través de la reja.

La renovación completa del arroyo vehicular que emprendió el Ayuntamiento encabezado por el alcalde Chema Fraustro, y su revestimiento de concreto estampado, le devolverá su dignidad y belleza de barrio antiguo a la calle General Cepeda. Esas son las acciones que ayudan a recuperar el Centro Histórico de Saltillo.

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