Gentrificación: Sin cerrar las ventanas, pero respetando la casa

Opinión
/ 29 julio 2025

La gentrificación se apoya en los cambios de nomenclatura y en cambios visibles... para atraer públicos no comprometidos con la esencia identitaria del lugar. Esencia que, por supuesto, se va perdiendo

Una atmósfera seductora. Fresca brisa para levantar los ánimos de todos cuantos atravesaban el arco de árboles que se forma a la entrada del pueblo. Visitantes ilusionados, algunos de ellos conocerían el pueblo. Otros inundaban las conversaciones con conocimientos de los sitios turísticos.

Un pueblo mágico desde hace decenas de años. La vitivinícola, punto obligado. Los que disponían de esa información arrojaban datos sobre su historia y los buenos vinos. Acerca del proceso y las barricas. “Toda una experiencia olfativa desde que entras. Te trasladas a otro mundo. El tiempo ahí se ha detenido”.

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El camión arribó al lugar deseado. El sol comenzó a pegar fuerte, y el aroma silvestre se hizo sentir con intensidad. Las ilusiones se vinieron abajo cuando conocieron los costos de entrada para conocer la vitivinícola. Gente venida de fuera que había reunido los restos del sueldo mensual para hacer el viaje, de pronto se topó con precios imposibles: ni la entrada, ni los vinos, ni siquiera los recuerdos para el regreso.

Algunos desistieron de entrar; otros tuvieron que elegir entre llevar el tan famoso vino o conocer el sitio. Y entonces inició la espera de algunos, que se conformaron con caminar en los alrededores, hasta la salida de los compañeros.

“Espero que no suceda así con el resto del pueblo”, comentó una de las viajeras. “Ya me había comenzado a dar cuenta que las cosas presentaban costos más elevados la última vez que vine”, agregó.

Así es como se generan los procesos de gentrificación en barrios, pueblos y ciudades. Hay una transformación social que se va produciendo en estos sitios. Se va desplazando a la población de origen: los servicios empiezan a serles inalcanzables, les alteran sus espacios, se crea invasiva infraestructura que eleva los costos de renta y venta de construcciones, haciendo deseable para residir a unos cuantos sin tomar en cuenta al importante grupo de habitantes que han hecho de este espacio su vida. Los viajeros también notan las diferencias.

La gentrificación se apoya en los cambios de nomenclatura y en cambios visibles, en intervenciones magnas que atraen a grupos poderosos que llegarán a instalarse para atraer públicos no comprometidos con la esencia identitaria del lugar. Esencia que, por supuesto, se va perdiendo.

Los habitantes de origen tienen problemas con el ruido y desorden nocturnos provocado alrededor de los bares. El descontrol de la gente que sale en condiciones deplorables de los bares, que maneja en estado de ebriedad y llega a afectar hasta la electricidad de los barrios luego de chocar su auto contra postes de luz.

No una vez. Muchas veces ocurre esto en sitios en donde la gentrificación ha empezado a sentar sus reales. Y al menos chocan con los postes y carros estacionados; en espacios como estos, están a muy poco de irse contra las viviendas y hasta contra las personas, luego de abandonar los bares de los nuevos distritos.

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Con la gentrificación, el paisaje urbano necesariamente cambia. Pero se transforma también el humano. ¿Qué pasa con los que han transitado su existencia en un sitio y de pronto se les transforma en costos y manera de habitar su propio espacio? Con ruido, con restricciones para el estacionamiento, con alteraciones en la convivencia diurna y nocturna. A los visitantes que buscaban un tipo de pueblo o ciudad, se les rompe igualmente una imagen y encuentran transformaciones no esperadas y a veces no agradables.

Si bien es cierto que en el cambio hay diversidad y puede haber bienestar, en ese mismo sentido hay que tener presentes las palabras de Mahatma Gandhi: “No quiero que mi casa esté rodeada de muros por todas partes ni que estén cerradas mis ventanas. Deseo que el viento de las culturas de todos los países entre en mi casa con la mayor libertad, pero sin levantarme a mí por los aires”.

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