La ultraderecha mexicana y Eduardo Verástegui
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Verástegui demostró que tiene nulo respeto por la condición humana... pero qué podremos esperar de un fascista mexicano, más que el sinsentido de serlo, de escucharlo y ver su saludo nazi
Eduardo Verástegui, según sus propias palabras, se ha unido al “movimiento de Elon Musk y el presidente Trump”. Haciendo gala del remedo de saludo nazi, demostró que tiene nulo respeto por la condición humana. Su frase “vamos a luchar”, lo suma a un movimiento que incluye, entre otras variables, el desprecio por los migrantes mexicanos.
Ambas frases pronunciadas como parte de su intervención en la Conferencia de Acción Política Conservadora, allá en el vecino país, a donde gusta asistir, lo ha pintado claramente: es un mexicano racista (o colorista) que hace compromisos en un foro político de otra nación.
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Es a esa élite ante la que se comprometió y a la que también expresó: “mi corazón va para todos ustedes”. Ah caray, pero si apenas hace más de un año deseaba ser candidato a la Presidencia de México. Veleidoso corazón que no reunió el porcentaje necesario de firmas para lanzar su candidatura.
¿Será que ser de ultraderecha en México es un posicionamiento que se deba revelar luego de llegar a algún escaño político, es decir, con trampa, ocultándose? Tal vez. Tenemos el caso de la impresentable Lilly Téllez, quien cambió de piel una vez obtenido el triunfo que le dio el postularse por un partido con una plataforma de pensamiento al que, al lograr su objetivo, eliminó. Ahora es más bien un personaje fallido al que desdibujan sus pronunciamientos y actos de acompañamiento a la ultraderecha global, sin entrar en sus múltiples alegatos racistas y exabruptos.
Seguro Verástegui comparte con cierta clase política mexicana el desprecio por nuestros orígenes y forma parte de la ola de políticos, líderes y empresarios que se suma a esta campaña fascista y conservadora.
Es interesante observar cómo, con esta intervención, Verástegui se refrenda como personaje de comedia, algo que le viene bien, como actor que es. Pero además de reiterarse como un personaje hilarante, tiene un algo o un mucho de oscuridad. Habrase visto en estos tiempos sumarse a prácticas que eliminan apoyos a programas de salud, por mencionar sólo uno de los campos que ya sufren recortes en la vecina nación.
La Conferencia de Acción Política Conservadora está conformada por activistas, o bien, por representantes electos en Estados Unidos. Si bien es organizada por la Unión Conservadora Estadounidense, recibe personajes de todas las latitudes con las mismas inclinaciones.
Así, Verástegui se sumó en esta edición, al espectáculo en el que Elon Musk −quien lidera el Departamento de Eficiencia del Gobierno de Estados Unidos− recibió una motosierra de manos del presidente argentino Javier Milei. Espectáculo circense sin duda.
Habiendo entregado su corazón a los presentes, Verástegui está de acuerdo con una política que ha recortado fondos a la educación en Estados Unidos, rubro que ahora tiene por secretaria a una exdirectora ejecutiva de lucha libre.
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Qué podremos esperar de un fascista mexicano como Verástegui, más que el sinsentido de serlo, de escucharlo y ver su saludo nazi. Esta es una caricatura que se avizora multiplicar. ¿Veremos a más integrantes de la ultraderecha mexicana en escaños políticos hacer este saludo? Iniquidad y contradicción absolutas en este momento de política cirquera global.
El vocablo circo proviene del latín circus, que significa “círculo”. Con él se designaba en la Antigua Roma a edificaciones de forma oval que tenían una explanada central conocida como arena, acompañada de gradas laterales para el público.