Los adelantos acostumbrados
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Es una forma de vivir acelerando.
Se atropella el presente con avidez de futuro. Algunos se apresuran como si se tratara de fugarse de una prisión. Parece que viven atentos a las manecillas de un reloj adelantado.
Un cliente, que va al centro comercial en noviembre, ya encuentra un ambiente decembrino. Es la Navidad adelantada. Así como todo hablaba de muertos cuando apenas iba a empezar noviembre. Ya se cuelgan, ahora, santocloses y se plantan pinos y se prenden esferas y luces en series multicolores.
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ATRACCIÓN DE GANANCIAS Y DISFRUTES
Las ofertas y los buen-fines van al encuentro de aguinaldos que aun no emprenden su venida. Ya rebasa toda impaciencia la oferta de boletos para concierto de música percusiva y encarecida, que quiere resonar en el mes de marzo del año venidero.
Se menosprecia historia y actualidad por avidez de porvenir. Ya veremos como, en diciembre, lo que será año nuevo se querrá estrenar ya, en la primera quincena de este año vigésimo sexto del tercer milenio.
Es sana la lentitud contemplativa que sabe apreciar, disfrutar concentradamente y saborear el regalo del presente, con alegría de gratitud, sin evasiones y ausencias a tiempos a los que no llega la vida todavía.
ESTATISMO, TECNOLOGÍA, ARTIFICIO
¿Dónde va quedando la libertad? Esa condición formidable con la que eres experto en seguir tu camino, expresar tu estilo, aplicar tus ocurrencias, decidir y poder hacer realidad tus sueños, sabiendo que eres una única irrepetible persona en el universo y nadie te impone lo ajeno?
El estatismo lo sientes como una intromisión exigente de las gobernanzas en tu privacidad. Te hace perder tu independencia. La tecnología sustituye tus habilidades y te convierte en robot que solo aprieta botones y mueve palancas. Y ese artificio, que le llaman torpemente inteligencia, te va robando tu protagonismo y te sustituye y te acompleja, con su aplastante erudición deshumanizadora.
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TÉ CON FE
-¿Cuál es la mejor tarea para estos últimos tiempos en que caminamos hacia nuestra pascua, en que termina nuestro tiempo y empieza lo eterno?
-Quitar todas las máscaras y ser leal, en todo, a la verdad que nos hace libres y, en todo y a todos, servir y amar y encontrarte con Cristo como tu Señor, Salvador, Maestro y Amigo, que ha dicho: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida...”