Saltillo: Retos en el transporte de personal para una movilidad urbana eficiente
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En la zona metropolitana de Saltillo ha sido sensible el aumento de unidades de transporte de personal. La Ley de Transporte y Movilidad Sustentable para el Estado, en su artículo 21, considera esta modalidad dentro de las opciones de transporte especializado.
Dadas las distancias que existen entre los centros de trabajo −particularmente los ubicados en parques industriales−, el transporte de personal ha resultado una alternativa conveniente tanto para personas empleadas como empleadoras. Sin embargo, existen consideraciones de importante atención para garantizar su eficiencia. Abordaremos en esta oportunidad dos de las más relevantes.
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La primera de ellas radica en que las autorizaciones que permiten la prestación de este servicio son otorgadas por la Secretaría de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Movilidad del Estado. En contraste, las concesiones de transporte colectivo urbano de pasajeros son otorgadas por el ayuntamiento donde operen las rutas que cubren.
Lo anterior precisa de una comunicación permanente y fluida entre las autoridades estatales y municipales a efecto de que ambas alternativas de movilidad funcionen de manera armónica y subsidiaria. De lo contrario, se generará una dinámica de competencia entre ambas opciones, provocando ineficiencia operativa.
En este sentido es importante considerar que las distintas alternativas de movilidad que ofrece una ciudad se deben sujetar a consideraciones sistémicas y no de manera aislada. Es decir, cuando se apruebe una ruta de transporte colectivo urbano de pasajeros, o cuando se autorice la operación de unidades de transporte de personal, se deberá analizar las afectaciones que cada una pueda provocar a las demás formas de movilidad.
La segunda radica en la importancia de que las empresas de transporte de personal procuren que la operación de las unidades sea respetuosa de las reglas de tránsito correspondientes a los municipios en los que prestarán su servicio. Si bien esto sería algo obvio es importante poner especial atención en el tema.
Hace unos días se difundió en redes sociales un video tomado por un automovilista en el que se aprecia que en la lateral izquierda del bulevar Nazario Ortiz Garza, donde se hace una fila particularmente larga en horas pico para incorporarse a periférico Luis Echeverría, una unidad de transporte de personal en fila bloqueaba el paso de automovilistas para permitir el paso de un número considerable de unidades de transporte de personal que no hicieron fila, causando obviamente la inconformidad de quienes respetan la fila.
Esta situación ha sido recurrente en esta intersección, repitiéndose en otras avenidas de la ciudad de Saltillo, como es el caso de la lateral izquierda de bulevar Venustiano Carranza en su incorporación a bulevar Nazario Ortiz Garza, donde se repite exactamente la misma dinámica.
Es por supuesto extremadamente complicado que se cuente con unidades de tránsito permanentemente cuidando todos los puntos problemáticos de vialidad en la ciudad, no habría manera de completar el número de unidades y efectivos necesarios para poder atender esta situación.
Por ello, conviene aquí la participación proactiva de quienes administran las empresas de transporte de personal, a efecto de que garanticen la circulación prudente y respetuosa de las unidades, con la operación responsable de sus choferes, teniendo particulares consideraciones con las formas de movilidad más vulnerables.
De lo contrario, se fortalecerá una percepción negativa sobre esta útil alternativa de movilidad, tan necesaria para reducir el número de vehículos particulares en las calles y que perfectamente puede convivir con las demás opciones de traslado que ofrece la ciudad, abonando así a la consolidación de un sistema integral de movilidad urbana.
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Es claro que la tarea no es sencilla. El estrés que conlleva la conducción de unidades de este tipo en vías congestionadas, la presión de cumplir con los tiempos de llegada, particularmente en horas pico, puede fácilmente generar una conducción agresiva por parte de las personas operadoras, que derivará en una respuesta similar de quienes conducen automóviles particulares.
La diversificación de opciones de traslado en una ciudad no sólo depende de decisiones gubernamentales, sino también de la forma en que prestadores, concesionarios y personas usuarias participamos de la movilidad urbana. La corresponsabilidad en la forma en que nos movemos es indispensable para dar al dinamismo de nuestras ciudades un futuro posible.
jruiz@imaginemoscs.org