Detrás del hecho de que Alberto del Canto y Díaz fue el fundador de la Villa de Santiago de Saltillo en 1577, está la historia de un joven portugués que llegó a América con grandes ambiciones.
Quien fue el primer alcalde de Saltillo nació, según los pocos registros que existen, en 1547 en la Villa de Praia, perteneciente a la Isla Terceira de las Azores, en Portugal, a casi siete mil kilómetros de distancia de la actual capital de Coahuila.
La familia de Alberto era distinguida y relacionada con la nobleza de la Isla Terceira, sus padres fueron Sebastiao Martins do Canto y María Díaz Vieira.
Entonces, si del Canto tenía una vida privilegiada Europa, ¿por qué dejar la comodidad para emprender un largo viaje a zonas poco conocidas?
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Al muelle de la isla en la que vivía la familia do Canto Díaz, era común que llegaran navíos cargados de oro, plata y otros productos provenientes de las Indias, América y Asia.
Tanta mezcla cultural, narraciones y la curiosidad misma, habrían deslumbrado a un joven Alberto que pronto externó su interés por formar parte de las conquistas y colonizaciones.
LA LLEGADA
Se cree que Alberto arribó a territorio de la Nueva España (hoy México) a través del Puerto de Veracruz. Se habría movido rápido rumbo al norte, como integrante de la expedición comandada por Francisco Ibarra.
En aquella ruta, los colonizadores se encontraron con las regiones de San Martín y Mazapil. Si nos apegamos a las fechas históricamente reconocidas, para esa época Alberto tendría unos 15 años, durante sus primeras expediciones.
Por donde pasó, a Alberto se le conoció profesionalmente como colonizador y militar. En lo personal, quienes lo describieron hablan de él como un personaje audaz, osado, novelesco, elegante, arisco y valiente. Estos dos últimos adjetivos, recopilados por el historiador y político coahuilense, Vito Alessio Robles.
SALTILLO, SU HOGAR
Entre el amplio currículum de Alberto como colonizador, haber fundado la Villa de Santiago de Saltillo es una de sus máximas adjudicaciones. Lo habría hecho teniendo ya 30 años de edad.
Cuando el portugués arribó y oficializó a la villa como territorio, lo hizo acompañado de otros personajes, entre ellos vascos y portugueses: Agustín de Villa Sur, Antonio Hernández Grimón, Baldo Cortés, Cristóbal de Sagastiberri, Ginés Hernández, Juan Pérez Chocallo, Juan de Erbáez, Juan Alonso, Julián Gutiérrez, Juan Navarro, Miguel de Zitúa, Manuel de Mederos, Mateo de Barrasa, Rodrigo Pérez y Santos Rojo.
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A todos ellos, y a más familias que fueron arribando paulatinamente, les entregó tierras y agua para su establecimiento en la zona.
Además de fundador, del Canto fue regidor y alcalde de Saltillo en repetidas ocasiones, siendo en 1611 la última vez que ocupó un cargo como parte del Cabildo.
Según documentación resguardada en archivos históricos, al tomar protesta por primera vez como alcalde, Alberto juró: “por Dios nuestro Señor y la señal de la cruz, hacer buen uso de la Vara de la Real Justicia”.
LOS PROBLEMAS
En la vida de del Canto no todo fue reconocimiento y poder, también existieron situaciones que lo llevaron a prisión y ante la misma Santa Inquisición.
En 1581, apenas cuatro años después de fundar la villa, se supo que Alberto del Canto sostuvo una relación extramarital con Juana Porcallo, esposa de Diego de Montemayor, un explorador español conocido por su involucramiento en la fundación de Monterrey.
El dilema estuvo en que, mientras Diego de Montemayor asesinó a su esposa, Alberto del Canto fue acusado de adulterio. Si bien el caso fue presentado ante la Santa Inquisición, ambos fueron absueltos y retomaron sus respectivos cargos tiempo después.
Entre el drama de este enredo, incluso Diego se fugó por un tiempo. Y para rematar, del Canto terminó casado con la hija de Montemayor. Puedes encontrar todos los detalles de esta historia en nuestra edición web publicada el 21 de julio del 2023.
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Además de las problemáticas por el adulterio, del Canto también enfrentó a la ley por acusaciones relacionadas a la captura de indígenas para venderlos a los mineros de la región. De todo esto, de una u otra manera, quedó libre.
Mientras tanto, y una vez “superado” el conflicto con Diego de Montemayor, del Canto se casó con la hija del español, que vendría siendo también hija de su amante fallecida.
Con Estefanía de Montemayor, Alberto tuvo tres hijos: Diego, Miguel y Elvira. A ellos les heredó sus bienes antes de morir el 10 de diciembre de 1611 en la tierra que él mismo conquistó, hace ya casi 447 años.
*Con información de Arturo Berrueto, Wigberto Jiménez Moreno, Sergio Recio Flores, Museo Presidentes y Archivo Municipal de Saltillo.
