Acoso, feminicidios y amenazas cimbran a la Universidad Autónoma de Querétaro; exigen justicia con paro estudiantil

Desde el pasado 30 de septiembre, estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) han tomado las instalaciones, declarándola en paro indefinido. Una vez más, en el ambiente educativo, decenas de alumnas tienen miedo, sin embargo, las corroe el enojo por la indiferencia de las autoridades.

“Frialdad, omisión y apatía” es lo que rige en el plantel educativo, por parte de los funcionarios universitarias, reiteran. Esto, desde que Valentina fue víctima de feminicidio en septiembre por otro alumno, y, ese mes, una joven fuera amenazada con arma de fuego.

Valentina, menor de edad y apasionada del cine, anhelaba ser una artista, según sus amigas. Ella tenía todo el potencial y las ganas de triunfar en el medio, sin embargo, su novio y estudiante de psicología en la UAQ, le arrebató la oportunidad.

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“Una no puede estudiar en paz, no puede amar en paz. Y nadie nos defiende”, dijo una alumna en su cuenta de TikTok. “Ella quería ser una artista”, aseguró, recordando a Valentina.

Enseguida, mientras la comunidad estudiantil aun seguía en luto por ella, otra joven fue amenazada por un estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. La medida cautelar que impuso la máxima casa de estudios fue cambiarle el turno al agresor.

Esto, dio inicio a una lucha que parece no tener final, y lo que importa a las autoridades es: “pero, ¿cuándo volveremos a los planteles?” o que otros alumnos no pierdan el semestre.

“Me da un enorme gusto enterarme que, para el próximo lunes [hoy] la rectora se va a reunir con las chicas del grupo de paro y que van a tratar de buscar las alternativas de solución para regresar a clases. Creo que lo que más nos importa es que el nuevamente los estudiantes, las estudiantes, regresen a clases normalmente, que no esté en riesgo el semestre”, declaró la secretaria de Gobierno de Querétaro, Guadalupe Murguía.

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TOMA DE LAS INSTALACIONES

El 29 de septiembre, un contigente estudiantil se manifestó en la rectoría de la universidad, buscando esclarecer sus dudas en cuanto a la problemática, donde decenas de alumnas clamaron sentirse inseguras y con miedo. Sobre el caso de la joven que fue amenazada, una comisión especializada en género y comunicación social, les prometió que darían de baja al alumno agresor, no obstante, sólo se le dio una suspensión de un año.

Así, el 30 de septiembre, diversos campus de la UAQ fueron tomados por estudiantes enfurecidos. Algunas alumnas, incluso, levantaron la voz para denunciar casos de abuso y acoso sexual dentro de las instalaciones. Con ello, se colgó un tendedero donde se mencionaban abusadores y encubridores, entre ellos, docentes y administrativos de la universidad.

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Desde ese día, a los planteles sólo ingresan estudiantes. Mientras la rectora Teresa García Gasca aseguraba que la toma concluiría enseguida, aun después de un pliego petitorio entragado por las alumnas manifestantes y que la misma UAQ respondiera, el paro sigue.

El día de hoy, lunes 17 de octubre, se llevaría a cabo una reunión entre paristas y académicos, donde se conversará para buscar una resolución. Empero, los protestantes aseguran que no se puede establecer un diálogo en el estado actual de la administración universitaria, pues “significaría negociar con agresores y violentados de sus derechos”.

El grupo estudiantil pide la renuncia de cuatro académicos y administrativos: Gonzalo Martínez García, abogado general de la UAQ; Fernando Rocha Mier, coordinador de la Escuela de Bachilleres plantel Concá; Juan Joel Mosqueda Gualito, profesor de la Facultad de Ciencias Naturales y coordinador del desarrollo de una vacuna contra SARS-CoV-2 y Alejandro Ramírez Reséndiz, contralor.

Entre ellos, se destacan desde denuncias de hostigamiento y acoso sexual, hasta abuso de poder y persecución académica.

El paro será levantado una vez que haya apertura al diálogo, señalan las paristas. Además, buscan reunir evidencia sobre las señalizaciones del pliego petitorio. Mientras, también piden una disculpa pública por parte de las autoridades universitarias, por la constante “negligencia, revictimización, encubrimiento, impunidad e ineficiencia”.

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“La violencia no se combate con más violencia”, ha sido la respuesta de la rectora, además de aseguar que sí se han cometido errores, no obstante, la violencia de género es “una deuda histórica” y lo que sucedía en los planteles es un reflejo de lo que pasa en las calles de México.

También apuntó que tienen derecho de manifestarse, pues los esfuerzos para mantener a las alumnas seguras, dentro de su propia escuela, no han sido los suficientes.