El hambre no retrocede, afectó a 733 millones de personas en 2023, advierten cinco agencias de la ONU
Estas cifras están documentas el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024” realizado en forma conjunta por la FAO, el FIDA, el Unicef y el Programa Mundial de Alimentos y la OMS
GINEBRA- Como consecuencia de las guerras, además de las dificultades económicas, así como los fenómenos climáticos extremos impidieron que el hambre retroceda en 2023, viéndose afectadas 733 millones de personas, es decir, más de un 9% de la población mundial, describen las cinco agencias de la ONU en su informe.
“Miles de millones de personas todavía carecen de acceso a alimentos nutritivos, inocuos y suficientes. Sin embargo, los avances logrados en muchos países dan esperanza sobre la posibilidad de retomar el camino hacia la erradicación del hambre y la malnutrición”, precisa la OMS.
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La situación no es la misma en todo el mundo, apuntan las cinco agencias de la ONU. Por lo contrario, el número de personas que pasan hambre se incrementó en África, mientras que en Asia se estabilizó y se redujo en América Latina y el Caribe, en donde 41 millones de personas pasaron hambre en 2023.
Por lo que la OMS exhorta a “implementar las políticas, inversiones y legislación necesarias para revertir las tendencias actuales de hambre, inseguridad alimentaria y malnutrición requiere una financiación adecuada para la seguridad alimentaria y la nutrición”
África es por mucho la región que registra el mayor porcentaje de población que se enfrenta al hambre, con un 20,4%. En tanto que, en Asia es del 8.1%, en Oceanía del 7.3% y en América Latina y el Caribe del 6,2%.
El documento resalta que la inseguridad alimentaria crónica aumenta de manera general desde 2016-2017, afirmó a la Agencia de Noticias AFP David Laborde, economista de la FAO y coautor del informe titulado “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”.
En opinión de QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, “los países no han sido capaces de movilizar recursos suficientes para financiar las políticas, programas e intervenciones que se necesitan”.
PANDEMIA DE COVID-19 EMPEORÓ LA CRISIS ALIMENTARIA
La crisis alimentaria con la pandemia de covid-19 en 2020 y 2021. Desde entonces, la proporción de la población que no cuenta con las suficientes calorías para lograr tener una vida normal se ha mantenido al mismo nivel, describe AFP.
Debido a esta tendencia, el objetivo que se adoptó hace nueve años por Naciones Unidas con el objetivo de eliminar el hambre en el mundo en 2030 está cada vez más difícil de lograr alcanzarlo.
SITUACIÓN EN 2023
En 2023 alrededor de 2,330 millones de personas padecieron inseguridad alimentaria moderada o grave, lo que evidencia que s vieron obligados a saltarse alguna comida de vez en cuando.
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Así también, más de un tercio de la población mundial no puede acceder a una dieta saludable, un 72% de ellos radican en los países de bajo ingresos.
No obstante a que la economía en los países consiguió recuperarse después de la pandemia, “persisten desigualdades entre los países y dentro de aquellos”, aseveró Laborde.
TENSIÓN GEOPOLÍTICA Y HAMBRUNA
En opinión del economista de la FAO y coautor del informe, las tensiones geopolíticas tienen un papel importante, “con conflictos que no van a desaparecer” y “el cambio climático empieza a golpearnos con fuerza en todos los continentes”, añade.
Laborde lamenta que a pesar que “el problema ha crecido” y que las “causas fundamentales se han agudizado”, no conseguido poner en marcha “un gran plan” para aumentar los fondos destinados a la lucha contra el hambre.
FALTA FINANCIACIÓN PARA SOLUCIONAR EL PROBLEMA
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), en un nota titulada “Existen soluciones al hambre, lo que falta es financiación”, apunta a que “la causa del hambre no es la falta de alimentos o la incapacidad para producirlos. Al contrario, sus principales causas son los conflictos, el cambio climático y las fluctuaciones económicas. Para los 757 millones de personas que padecerán hambre en 2023, esta realidad debe de ser difícil de aceptar”.
La última edición del informe, precisa el FIDA, que actualmente se disponen de los medios para lograr acabar con el hambre y la malnutrición de aquí a 2030, sin embargo, “nos faltan los fondos y la voluntad política para lograrlo”.
El costo calculado para conseguir acabar con el hambre “varía mucho”, indica Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, sin embargo, “el precio de la inacción es aún mayor”.
“Los costos sanitarios, nutricionales y ambientales de los sistemas alimentarios actuales y de uso de la tierra ascienden a 12 billones de dólares de los Estados Unidos al año, mientras que los costos sanitarios relacionados con la alimentación superarán los 1.3 mil millones de dólares anuales para 2030”, afirma el FIDA.
Siendo así, que la seguridad alimentaria y de nutrición “no sólo es la distribución de bolsas de arroz en situación de urgencia”, acentúa Laborde.
Tanto los donantes, como las agencias internacionales, además de las ONG y las fundaciones deben coordinarse mejor, subraya el informe.
“La actual arquitectura de la financiación (...) se encuentra muy fragmentada” y existe una “falta de consenso en torno a lo que debe financiarse”, precisa Laborde. “La consecuencia de ello es una gran cantidad de pequeñas actividades de ayuda no coordinadas”, agrega.
“No hay tiempo que perder, ya que el costo de la inacción supera con creces el coste de las acciones recomendadas en este informe”, concluye el documento.
Con información de la Agencia AFP, OMS y FIDA.