Reforma judicial: el T-MEC ante la política maniquea
En las últimas horas, más voces desde el extranjero, particularmente desde Estados Unidos, se han sumado a las advertencias sobre las consecuencias que se tendrían en caso de aprobarse la reforma judicial en los términos planteados.
El Departamento de Estado de Estados Unidos, a través de su subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, respaldó los dichos del embajador norteamericano en México, Ken Salazar.
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Esto implica que, por primera vez, una autoridad desde Washington verbalizó las alertas que se tienen con esta enmienda judicial.
“Salazar y yo compartimos un profundo respeto por la soberanía de México. Estados Unidos y México deben trabajar juntos como socios e iguales para promover la seguridad y la prosperidad en América del Norte.
“Como socios y amigos, compartimos nuestras preocupaciones sobre las reformas constitucionales propuestas”, publicó el subsecretario Nichols en su cuenta de X, antes Twitter.
En el mismo tenor, la American Society of Mexico, que representa al Partido Republicano en México, la cual es encabezada por Larry Rubin, anticipó que si bien el T-MEC continuaría, sí tendría que ser revisado “profundamente” ante la posibilidad de que desaparezcan los órganos autónomos y se impulse la reforma judicial.
Aunado a esto, el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, conformado por integrantes demócratas y republicanos, fue más duro que el embajador Salazar.
“Instamos firmemente a la administración de López Obrador, así como a la administración entrante de Sheinbaum, a perseguir sólo aquellas reformas que mejoren las calificaciones profesionales, combatan la corrupción, protejan la autonomía judicial y fortalezcan la confianza de los inversionistas. Estas consideraciones son esenciales para preservar los valores democráticos y la prosperidad mutua que unen a nuestras naciones”, señaló el comité.
A pesar de las advertencias nacionales y extranjeras, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha mantenido su línea discursiva, maniquea, sin dar un ápice a la discusión y al debate.
En una declaración similar a la que hizo cuando recién llegó al poder, señalando que “no tiene mucha ciencia gobernar”, el mandatario afirmó que lo único que se necesitará para ser juez es ser licenciado en derecho, ser electo por el pueblo y ser honesto.
“Tampoco es tan complicado, tan complejo, el derecho. Ya hay tesis, jurisprudencial, desde luego leyes, constituciones, derecho comparado, o sea, lo que se estudia, lo que se ve en la facultad de derecho, con eso; y con integridad, con honestidad”, refirió.
En esa misma línea, el Congreso federal anticipa que en la primera quincena de septiembre la reforma será aprobada con el apoyo de las bancadas del oficialismo.
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En medio de esta coyuntura, el T-MEC, el mayor tratado comercial en el mundo, está quedando en entredicho porque a este escenario de reforma judicial y desaparición de órganos autónomos se suma el peligro que Donald Trump llegue al poder en Estados Unidos y, con su política maniquea, pida cambios profundos al T-MEC en la revisión que se dará en 2026.
Como se ha reseñado en este espacio, los intereses políticos no deben quedar por encima de una de las mayores fortalezas que tiene el país y que le genera una importante tajada en su economía. Aún se está a tiempo de evitar un daño mayúsculo en la vida pública del país.