Las monedas más antiguas que guardan los secretos de Saltillo
El hallazgo de tres monedas antiguas en 2014 arrojó detalles sobre la vida de Saltillo hace más de 200 años: tres comerciantes que pedían ayuda para sobrevivir económicamente al ahorcamiento de la independencia. ¿Qué pasó con ellos? Es una historia que todavía se está desempolvando.
Una tarde de 2004, muchos años después de pasar su infancia metiendo la manos en coladeras de casas viejas buscando tesoros, y luego de haberse encontrado en 1998 con Raymundo Rodríguez quien lo convenciera de participar en prospecciones, Juan Carlos Martínez Hinojosa encontró una rareza que le aportó algo único a la historia de Saltillo: tres fichas antiguas cuya documentación las acredita como verdaderas.
Así, las protagonistas de esta historia son monedas datadas en 1812, 1813 y 1814. Son algunas de las pecunias más longevas halladas en la ciudad, cuyo estudio revela además algunas tradiciones de aquella época y singularidades de la capital.
En Julio de 2022, durante una entrevista abarrotada de café e intriga, Juan Carlos explicó que si bien él fue el del hallazgo, quienes ahondaron más y escrutaron con detalle sobre los metales fueron Héctor Capa y Víctor Saucedo, ambos del Club Numismático.
Se llaman monedas municipales porque son las más antiguas de las que tenemos documentación formal. “Son fichas que tienen un respaldo monetario por parte del gobierno de entonces”, explicó con voz inquieta.
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Así, con el soporte que brindan los documentos hallados en el Archivo Municipal de Saltillo, aquí ofrecemos un vistazo a las tres monedas:
Los 500 pesos de Juan Nepomuceno Sánchez
Hace más de 200 años, el ayuntamiento local autorizó al comerciante Juan Nepomuceno Sanchez la fabricación de 500 pesos de cuartilla. Fechado el documento el jueves 14 de mayo de 1812, se pidió que en la moneda se incluyera el apellido del solicitante, así como una una contraseña representada por una letra “ese” minúscula atravesada por una zeta mayúscula.
Más abajo, el mismo oficio indica que el total de las cuartillas fueron entregadas hacia el viernes 19 de 1812.
Una de las cosas que llaman la atención es que el presidente del Villa del Saltillo, José Miguel Lobo Guerrero, indica que Nepomuceno Sánchez sería responsable de los perjuicios que resultaren del comercio y el uso público del dinero.
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Las cuartillas en cobre de Torivio de Alcalá
Cerca de las fechas anteriores, otro comerciante saltillense pidió permiso al alcalde para fabricar 500 pesos de cuartilla en cobre. En este caso se trata de José Torivio de Alcalá, quien se presume recibió el dinero para el año siguiente.
Hacia el 14 de septiembre de 1813, de acuerdo con un decreto expedido por el ayuntamiento, las monedas habían resultado en un gran beneficio para el comercio local y, en especial, lograron ayudar a “la gente pobre”.
Nuevamente el dato curioso, nuevamente expresado por Miguel Lobo Guerrero: que la responsabilidad por mal uso, cualquiera que esta fuere, quien tendría que responder es el mismísimo José Torivio de Alcalá.
Recién el hallazgo de las monedas, y con la falta de documentación pertinente, comentó Martínez Hinojosa, se había confundido su procedencia. Por los símbolos que tiene, se consideró que procedían de un regimiento militar de Monclova y se les apodaron fichas de Torres Calvo.
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La desesperada petición de José Antonio Pereyra
Aunque con menos información que el resto de los casos, y como medida de auxilio para la complicada situación que se enfrentaba entonces el norte de México, José Antoni Pereyra, solicitó al gobierno fabricar 500 pesos en cuartillas de cobre.
El oficio fue respondido de manera positiva por el alcalde de la villa, Juan González. Ahí mismo señala que la validez de estas monedas aplica para 1814 y 1815.
Las monedas, así, contienen justamente el nombre del solicitante y el año en que fueron trabajadas.
La Guerra de Independencia y la piratería siempre ha estado ahí
Además de la cercanía en las fechas en las que fueron fabricadas, a estas monedas las unen algunos detalles más.
El primero de estos pormenores se vuelve palpable si se saben leer las coyunturas. Son años cercanos al inicio de la Guerra de Independencia.
Y aunque los estragos no fueron inmediatos, en todos los decretos se deja en claro que la escasez de plata complica la vida diaria. Por eso en las peticiones se urgía a la necesidad de atenderlas, ya que esto no solo provocaría una beneficio personal, sino colectivo. Por eso mismo, hay oficios en donde se le agradece a los comerciantes por su buen trabajo.
El otro de los detalles, y este a decir de Juan Carlos Martínez Hinojosa es que todo apunta a que a los tres comerciantes los estafaron, les vieron la cara, les piratearon sus monedas. Al menos de Torivio de Alcalá se sabe que le fabricaron 5 mil fichas falsas. De los demás todavía sigue la búsqueda de más información oficial.
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“Todavía no encontramos algún documento en el archivo municipal que nos confirme qué pasó realmente después de esto”, contó. “No sabemos con exactitud cuánto tiempo estuvieron en circulación ni si se llegaron a tener juicios legales para ver el tema de la falsificación. Podemos especular con que llegaron a un acuerdo para no pagar tanto. Y por otro lado podemos especular que los mandaron fusilar por el crimen”.