Caigamos en la cuenta, nos jugamos el futuro de nuestras familias en los próximos seis años. La elección en la que participaremos no puede depender de nuestros sentimientos o emociones
Mi petición es que apelemos a la racionalidad, no a la emotividad y al sentimiento –elementos fundamentales de la posverdad– y, sobre todo, al nivel de argumentos, análisis, conocimiento y nivel de propuestas de los debatientes
En una sociedad tan compleja, polarizada y ya encaminados a determinar nuestro futuro en la ruta de las elecciones de este 2024, requerimos de actitudes prudenciales, moderadas y mesuradas
El relativismo moral donde el bien, la verdad y la justicia dependen del cristal con que se mira, nos ha hecho un daño profundo polarizando, complicando y dividiendo al país
La seguridad y todos los rubros que entrarán en el paquete de las promesas de los candidatos no puede ser un asunto de dichos, ocurrencias o de repetir lo que ya se ha dicho en otros momentos
Si al momento las descalificaciones, los prejuicios, los insultos, las denostaciones, las mentiras, los hierros, los pecados y las debilidades de las precandidatas se ha exhibido, ¿dejarían algo para las campañas?
Operativamente ¿qué puede hacer el papa Francisco? ¿Qué pueden hacer los obispos mexicanos? ¿Qué puede hacer el empresariado mexicano para poder llevar votos a tal o cual candidata o candidato?
Sería muy bueno que comencemos a revisar, a partir de lo que ya nos han mostrado en sus discursos y posturas las candidatas... ¿Cuál es la base de su pensamiento?
Lo que se pone a prueba por estos días, en medio de esta maraña de información, es saber cómo distinguir el discurso engañoso del cierto, la noticia falsa de la objetiva
La realidad que se vive en materia salarial en nuestro país es una de las evidencias más claras por las que se trasluce la desigualdad, la pobreza y la democracia
Ya cristiano, Constantino convertirá a Cristo en el nuevo Sol Invicto, en el Sol de Justicia o, como lo afirma Simeón en su cántico, ‘Luz para alumbrar a las naciones’
Hoy parece que la participación y el debate en las redes sociales aumentan la percepción en torno a lo público, independientemente de los asegunes que esto pueda tener