Esto se traduce en que el 10 por ciento de los hogares más ricos de México, antes del gobierno de López Obrador ganaba 21 veces más, en promedio, que el 10 por ciento más pobre de los hogares y ahora gana 16 veces más, lo cual demuestra un combate a la desigualdad y a la pobreza estructurado, cabal, en congruencia con lo que siempre se ha buscado y no las falsas mentiras de la tecnocracia neoliberal de los manuales de economía fríos y cuadrados de los gobiernos anteriores que veían al pueblo como un número, como un indicador, con esa teoría del goteo, donde si llueve arriba, digamos en la clase empresarial, goteaba a la clase trabajadora, a los de abajo.