De pronto aquella árida visión se enriqueció. En la ventanilla apareció un par de bien torneadas piernas de mujer. Pertenecían a una soldadera que viajaba en el techo del vagón
Feliz tú, hijita, que te sabes todos los cuentos. A mí se me olvidaron ya los que sabía, y no he aprendido aún los cuentos que la vida tiene para quienes hemos llegado a mi edad
Los congales de Saltillo tienen bastante historia. Ojalá alguna vez encuentren un historiador de los llamados “serios” que esté a su altura. En el ya mencionado California se suicidó hace muchos años un señor bastante conocido en la ciudad, de apellido extranjero
Se daba a todos los diablos, maldecía, y hasta quería llorar. Pero llegó el hijo del compadre Erasto y nos contó que a su papá se le habían muerto tres caballos finos, dos mulas y seis vacas
La historia trata de cinco mancebos originarios y vecinos de Cuitlatzintli, lugar pequeño de una entidad suriana. En flor de edad y vida se hallaban aquellos mocetones
No eran todos aquéllos, sin embargo, los principales pasatiempos del señor cura. En todo Tlaxcala, y más allá de sus confines, tenía fama de seductor de damas