El desafío estriba en gestar una nueva criatura, pero no solo de ritmos y de estilos, sino portadora de un mensaje que cale en el interior de los hombres de estos días, de estos días tan avasallados por el individualismo y la cultura de lo superfluo, de lo de encimita, de lo que no llena y por ello ese frenesí enfermizo de andar dando saltos en una búsqueda desgastante de quien sabe qué, y que solo hace más hondo el hueco de las soledades.