Hace seis décadas estuve en la Sala Ponce de Bellas Artes para escuchar de labios de don Artemio de Valle Arizpe el relato de su vida. Lejos estaba de imaginar que alguna vez hablaría ahí mismo de la mía
Mi peregrinación –en estos momentos la estoy haciendo– es espiritual. Evoco a la amada eterna: cuando novios rezamos juntos los 46 rosarios, 46 ocasiones para estar con ella