Según la definición oficial de PRONNIF, esta forma de violencia implica la falta de provisión de los estándares mínimos necesarios para la seguridad física y emocional de niñas, niños y adolescentes y puede manifestarse en múltiples formas, desde un hogar sucio, la falta de vigilancia adecuada, no bañar al menor, no enviarlo a la escuela, no alimentarlo, ignorar su salud mental, o incluso no registrarlo legalmente, como fue el caso de Itzy.